domingo, 26 de diciembre de 2010

El negrette solía llamarme la mamá del trompetista italiano. El mismo que vivía detrás mi casa y quien ensayaba tonadas nuevas todos los martes y jueves en la tarde. Yo no sabía de jazz ni de blues, pero sabía que me gustaba. Procuraba siempre hacer mis tareas en mi habitación los martes en la tarde para poder escuchar los gemidos y lamentos de esa trompeta mientras el italiano emitía gemidos y lamentos de una migraña incansable. Nunca supe cómo llegaron al barrio. Pero me gustaba decir que en mi barrio había una familia de italianos y que el señor tocaba la trompeta. Cuando la nonna se despidió de mi para regresar a su amada Italia, me cogió de los cachetes, me abrazó y musitó algo que no logré entender. La trompeta que me acompañaba todos los martes y jueves dejó de sonar por unas semanas en la ventana de mi habitación. Cierto día no se escuchó el sonido ronco y suave de esa trompeta, sino un golpe seco y lejano. Uno solo. Horas más adelante se escuchó una sirena de una ambulancia y luego llantos y quejidos. Ahora sé que el jazz y el blues lo causaron todo.

martes, 14 de diciembre de 2010

The Magic Numbers - Forever Lost

Hace poco me preguntaron si tenía la mal-llamada malaridez existencial. Al parecer me notaron un poco ausente y huraño. Mi respuesta fue inmediata, pff no. Por supuesto que no. Todo está bien. Sin embargo, creo que tenían razón cuando me preguntaron y no lo había notado sino hasta ahora. La única diferencia es que no tengo la mal-llamada esa, sino que sufro de otra cosa que se llama la matemática existencial. Me gustaría que ésta fuera tan sólo no saber qué es un número primo o pensar que un número imaginario es el veinticatorce; pero no, la matemática va mucho más allá. La matemática existencial me considera un sumando, un producto, un factor; ni siquiera una teoría o un postulado. Pues no. Kundera (La insoportable levedad del ser, La lentitud) y Auster (City of Glass, Viajes por el Escritorio) hablan de esta existencialidad desde el punto de la literatura y argumentan que todo lo que hacemos viene con un orden matemático (exacto) y que siempre el resultado es desalentador, de allí que sus personajes siempre terminan mal. Esto se debe a la matemática. A ser reducidos a su mínima potencia, a que todo número multiplicado por cero da cero, a que no importa cuantos millones haya antes del cero, seguirán siendo tan inútiles y carentes de valor como el mismo cero. A que seno, coseno, tangente cotangente son tan inverosímiles como los mismos celos y la envidia. Kundera menciona el Eterno Retorno y cómo sus personajes pueden cometer el mismo error una y otra vez. Auster habla de Peter Stillmann y cómo él queda reducido a cero en una ciudad tan inmensa como Nueva York donde los demás números más grandes que él. Hoy me siento como esos personajes de Kundera y de Auster. Hoy lo pongo todo y lo multiplico por cero. Ya sé cuál es el resultado, sin embargo, hago la matemática y ésta nunca falla. Tan exacta, tan completa, tan cruel.

Espero el día que la matemática existencial sea alentadora, por lo menos para aquellos que aún contamos con los dedos de las manos y que jamás logramos dividir por dos cifras.

jueves, 9 de diciembre de 2010

So This is Xmas - U2 (covering John Lennon)

Usualmente en esta época del año alguno de mis amigos sube a la pared de Facebook un tema navideño que se llama “A long December” y lo cantan los Counting Crows. El primero que lo hace escribe la primera línea A long December and there’s reason to believe y el otro, que puedo ser yo o algún otro escribe abajo a manera de comentario, maybe this year will be better than the last. Y así vamos tomando turnos para escribir la canción completa. Hoy, sin embargo, estoy un poco preocupado. Ya visité todos los perfiles de mis amigos (300 en total) y ninguno se ha animado a subir la canción. ¿Tendré acaso que subirla yo y ser el más desesperanzado de todos?

Hoy quiero dejar un tema en este blog que cumple con 3 requisitos –como el 3 en 1 que usábamos en mi casa para todo- Número 1: es un cover de una canción escrita por un señor que, tal vez sea, quien mejor define la palabra rock and roll con todas sus acepciones. El señor John Lennon, quien ayer, 8 de Diciembre, cumplió 30 años de muerto. Número 2: es un cover hecho por la banda que me ha acompañado toda la vida y que sigue sorprendiendo con sus shows y escenarios y ganancias: U2. Número tres: un temita navideño que dice algo muy sincero, I hope you have fun.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

He querido hacer un cambio de color y de estilo al blog, pero no se preocupen; ya que van a seguir encontrando historias del señor Kú, quien aún prefiere ser conocido como Q, a secas. Así como también buenos temas y una que otra reflexión sobre algún libro o cuento leído, sin dejar de lado, por supuesto, todo el cariño por las letras y las niñas y las guitarras.
Un abrazo.

Rebellion (Lies) Arcade Fire

El señor Kú camina hacia su biblioteca. Se detiene frente a los mismos libros que ve todos los días y que leyó hace tanto tiempo. Extiende su dedo índice derecho, o mejor aún, su dedo índice derecho se extiende solo como si buscara algo con el tacto, mas no con el pensamiento. Este dedo se detiene de repente en un lomo azul en el que se alcanza a leer el nombre de un hombre ya muchas veces revisado. El dedo índice derecho necesita ahora compañía y colaboración para poder extraer ese volumen de tantas páginas y tantas letras. La mano derecha entera se extiende y participa de la búsqueda, y ésta a su vez insiste en llamar a toda la mano izquierda para que ayude a sostener una parte de este texto mientras el dedo índice derecho sigue buscando algo voluntariamente; busca un título- el diario a diario. Un cuento breve y por lo mismo breve tantas veces ya leído. Apenas el dedo encuentra la página, le indica a la mano derecha que se desplace hasta allá, mientras le indica a la izquierda que sostenga las demás páginas que no serán útiles en esta ocasión. El diario a diario no resulta nada nuevo a como el señor Kú lo recuerda; sin embargo, alcanza a esbozar una sonrisa y decirse para sí mismo es justo como lo recuerdo. Cortázar no ha cambiado, el cuento sigue siendo el mismo, pero Kú sí ha cambiado: la primera vez que lo leyó, quedó maravillado por su simplicidad y complejidad; la segunda vez siguió siendo llamativo e ilustrativo; ya no sabe cuántas veces lo ha leído, pero siempre que lo lee algo cambia en él.

¿Para qué releer una historia que ya sé en qué termina?, se pregunta. Tal vez no me sorprenda tanto como esa primera vez.

El cuestionamiento sigue: ¿Por qué volver a ver esta película de Jim Carey y Kate Winslet si ya sé en qué van a parar? Se pregunta esto mientras su dedo índice derecho señala la palabra metamorfosis, la última palabra de este cuento, y descubre que sí, que en efecto él ha cambiado, sólo que ahora sí se atreve a darse una respuesta: releer a Cortázar es intentar repetir ese beso que nos dimos en una calle sin nombre en una noche oscura en un año bisiesto. En últimas, no lo sé. Lo sorprendente de esto es que lo dice en voz alta mientras esboza una gran sonrisa que le dirige a ella.

domingo, 7 de noviembre de 2010

I still remember - Bloc Party

Traiciones de la Memoria, se llama el último texto del escritor colombiano Héctor Abad Faciolince. Un texto ameno, sincero y lleno de historias ciertas o tal vez ni tanto porque sigue siendo su historia y ésta puede estar llena de baches y vacíos y mentirillas. Aún así, yo le creo.

Leyéndolo, recordé una canción de Fito que canta ordenando libros viejos que leí, pero olvidé. Y sé que éste también lo olvidaré, que jamás seré como Ireneo Funes el memorioso; aquél personaje entrañable de Borges -o tal vez el mismo Borges- … Nosotros, de un vistazo, percibimos tres copas en una mesa; Funes, todos los vástagos y racimos y frutos que comprende una parra. Sabía las formas de las nubes australes del amanecer del treinta de abril de mil ochocientos ochenta y dos y podía compararlas en el recuerdo con las vetas de un libro en pasta española que sólo había mirado una vez… así lo describe el escritor argentino. Y acá viene otro personaje que olvidé, El tonto de la buena memoria. Un personaje que aparece en la novela El Santo Oficio de la Memoria de otro argentino (Mempo Giardinelli), y que al igual que Funes, lo recuerda todo; tal vez para su bienestar, aunque no está muy seguro de ello cuando se pregunta ¿Para qué te vas a acordar de algunas cosas, para lastimarte?

Pero dejemos a los argentinos a un lado y volvamos a los colombianos, volvamos a Abad, a mí, y en últimas a ti. Así es la memoria: lo que uno recuerda, otro lo olvida, lo que es importante para uno, para otro carece de importancia y lo borra para siempre, llegándolo a negar aunque le haya ocurrido, dice Abad al principio de su testimonio. Tal vez no lo recuerdes, pero soy el mismo cholo que te invitó a cenar y luego a bailar, soy el mismo tonto que se rehúsa a olvidar tu teléfono, tus besos, tu rostro, tus palabras. El mismo que olvida los buenos libros que ha leído, pero que no olvida esas lágrimas que brotaron de tus ojos y los míos cuando confesaste que te casabas y te ibas a otra ciudad. Afortunadamente, no recuerdo tu nombre de casada.

domingo, 31 de octubre de 2010

Tranquilize - The Killers

Yo.

Su nombre no importa. La verdad, los nombres nunca son importantes cuando se cuenta una historia. Esta historia no dirá el nombre de esa persona que me enseñó su alma cuando se quitó el brassiere. Ella era el tipo de nena que ves de lejos y piensas que nunca tendrás: alta, ojos grandes y expresivo, grandes y fuertes senos, piernas largas y fuertes, labios gruesos y provocativos.

La conocía de tiempo atrás y por azares del destino, nuestras soledades y unos tragos nos unieron. Pero lo que realmente importa es esa lista y la alegría que me dio al haber visto mi nombre en ella. Es difícil contar esta historia sin dejar de pensar en sus senos en mis manos, sin pensar en su cuerpo bien diseñado contra el mío. Sus gritos me llegan en este momento y quisiera tenerla cerca otra vez, desnuda, mía.

La lista de la que estoy tratando de hablar es una lista en la que aparecen todos los hombres con los que ella había estado; esos nombres tantas veces escuchados y que habían besado los mismos labios que yo besaba ahora, que habían tocado sus nalgas tal vez mucho mejor de lo que yo lo había hecho hasta este instante. Ese día me condujo a su habitación de donde extrajo de su armario un pequeño cuaderno argollado y me mostró esa lista, esa temible lista. Me había hecho inmortal, pensé. Allí aparecía mi nombre (Kú) en tinta negra junto a otro nombre del que había escuchado muchas veces antes y que me había forzado a salir corriendo, a dejar todo botado y a demostrarle a ella que en efecto era un cobarde. Después de mostrarme esa lista, como si fuera un obituario, supe que me estaba mostrando su alma, y que tan sólo yo, con mis lecturas, podría entender.

Una vez hubo guardado el cuaderno, me acerqué a ella, le di un beso tímido y la abracé mientras susurraba un gracias que nunca escuchó. Salí de su casa y me acordé de mil libros leídos y jamás comentados, me acordé de ciertos días de cine con actrices capaces de mentir sin medida, me acordé una vez más de sus senos, sus besos y su sexo, pero siempre recordando esa lista negra; como si fuera una promesa, como si fuera una derrota. No lo sé y no lo quiero saber. Sólo sé que son las 3 de la tarde y estoy de pie con los ojos vendados frente a tres hombres con fusiles esperando que den la orden para mi ejecución.

Creo que es la voz de ella la que al fin dice “abran fuego” (BANG) y alcanzo a ver mi nombre en esa lista otra vez.

Ella.

Apenas doy la orden de disparar contra el señor Kú, suyo verdadero nombre es Mr. Q, me doy cuenta de que sí lo quise y, tal vez, me hará falta. Lo llamé a la 1 y luego a las 7 de la mañana para avisarle que saliera corriendo tanto de mi vida como de esta ciudad, pero al contrario, él decidió venir por mi y ahí fue cuando mis hombres lo agarraron. Ninguno de ellos estaba en mi lista, esa que Kú mencionó antes de morir. Una vez atrapado, no tuve más opción que dar orden de disparar. Sólo se necesitaron 3 hombres, 3 rifles y 3 razones. Nunca fue un buen amante, por eso me vi obligada a extraer mi cuaderno argollado y así, revisé mi lista y busqué un nombre, o mejor, busqué un hombre. Lo llamé, acordamos un encuentro y nuestros cuerpos se encontraron. El señor Q lo supo todo el tiempo y por eso hizo lo que hacen todos los cobardes…correr, esconderse, huir, llorar, morir.

Apenas doy la orden “abran fuego” y suena ese terrible BANG, dirijo mi mirada hacia otro lado. No quiero ver su cuerpo chocar contra el suelo; aún así logro escuchar el golpe como quien deja caer un castillo de naipes.

Una lágrima mía cae también.

Él.

Yo soy quien le vendó los ojos al tipo aquél. A mi me pagan para este tipo de trabajos. Mi nombre es Rapist. Para el hacer el trabajo que tengo que hacer tengo que ser un tipo alto, fornido. Cuando ella me llamó sentí su mirada lasciva sobre mis músculos, todos. Ella es una mujer muy atractiva; tiene piernas largas y fuertes y senos grandes y fuertes, alta y fuma con gracia. Viéndola a ella considero que se necesita cierta gracia para fumar; no se trata sólo de encender ese pitillo lleno de nicotina y llevarlo a los labios que inciten a fumar. Yo no fumo, pero cuando la veo hacerlo, siento deseos incontrolables de fumar, de ser fumado por ella.

Cuando me llamó el sábado en la noche, ella llevaba un vestido ceñido al cuerpo y en su mano derecha la foto del tipo aquél. Nunca supe su nombre; la verdad no me interesa saber el nombre de los tipos a quienes elimino. Éste, por ejemplo, tenía cara de bonachón, de esos que uno cree que jamás rompen un plato y terminan incendiando un hogar geriátrico. En la foto aparecían los dos –ella y él- abrazados en un concierto de jazz. Se veían contentos disfrutando de la compañía del otro, o de la soledad del otro, mejor.

Ella estuvo todo el tiempo hablándome de él, quizá para convencerme de deshacerme de él cuanto antes, o tal vez para persuadirme para que ya no lo hiciera.

Cuando agarramos al tipo éste, ella se alejó un poco. Cuando lo vendamos, una lágrima se vio caer, tal vez de felicidad, luego lo sujetamos contra el poste de luz y nos miramos atónitos esperando que nos diera la orden para ejecutarlo. La miré otra vez. Primero sus pies, luego fui subiendo por sus piernas largas hasta llegar a sus muslos, llegué a sus caderas donde estuve unos segundos más, seguí subiendo por su ombligo hasta alcanzar sus senos que parecían salirse de la ropa, luego llegué a su cuello, sus labios, sus orejas, sus mejillas, y aterricé en sus ojos que se encontraron con los míos para decirme a viva voz “abran fuego”. Yo soy el primero en apretar el gatillo; ese es el primer BANG que suena.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Björk - It's all so quiet!! shh shh shh

Tiene 45 años y le da pena que la vean así. Sonrojada, emocionada, nerviosa, sintiéndose extraña y feliz. Curiosamente ya se había sentido así antes. Cuando era joven. Cuando era linda. La última vez que se sintió así fue hace 2 años cuando supo que él existía y quiso saberlo todo: su comida, su rutina, su estilo, sus palabras –que tal vez no fueran para ella-, su color favorito de corbatas y de trajes. Ahora vuelve a sentirse igual y piensa que sí, que el amor llega así de esa manera y que en serio una no se da ni cuenta. La primera vez que le pasó tenía 15 años y fue una experiencia inolvidable y desde ahí quedo con un sabor especial, con una alegría incontenible, o en francés avec une joie de vivre que nadie le quitaría jamás. Éste se llamaba Oscar, y luego vinieron Gabriel, Jorge Luis, Ernesto, Julio, Héctor, Milan, Orhan, Imre, William, Paul, Nick…la cuenta no termina. El nuevo, el que la tiene pensativa detrás de este mostrador se llama Mario. Él no lo sabe, pero cada vez que ella pasa por el estante de literatura latinoamericana no puede dejar de sentirse como la niña mala y suspirar de amor por las palabras y las letras.

domingo, 3 de octubre de 2010

Closing Time - Semisonic

Corticas y sinceras...

Si la soledad me acompaña, pues bien se pueda ir; ya que prefiero estar solo.

Si al despedirte dices ADIOS, será mejor que hoy no lo hagas; ya que A DIOS le pido que no te vayas.

"Te quiero", dice él. "Lo sé", dice ella.

Qué iluso fue Charly García cuando escribió "Alguien en el mundo piensa en mi". Qué iluso soy yo que me desperté tarareándola hoy.

Los besos escritos o texteados no son precisamente una promesa de besos zampados, pero saben igual de rico.


miércoles, 22 de septiembre de 2010

Smells like teen spirit - Nirvana

Si Shannon Hoon, Kurt Cobain y Layne Staley estuvieran vivos, serían las personas más felices del mundo hoy en día. Chris Cornell está de regreso con sus amigos del jardín (Soundgarden), Scott Weiland ha regresado a la base aérea (Stone Temple Pilots), el alopécico de Billy Corgan sigue reventando calabazas por todos lados (Smashing Pumkins) y los demás amigos de Alice han decidido echarle una manito con su vestido azul (Alice in Chains); y sin dejar de lado al Chino Moreno, que no es ni tan chino ni tan moreno, quien también ha regresado con diamantes para todos (Deftones). Es hora de las guitarras fuertes, de guardar la secadora, el rímel y la plancha pa’l pelo en el cajón de la hermana –de donde nunca tuvo que haber salido-, de las letras con sentido y con voces agresivas. Es hora de quitarse esa corbata fashionista y volver a las camisas de cuadros, a la ropa camuflada y a los tenis sucios.

Han regresado un poco más viejos, un poco más calvos y canosos; y creo que mis amigos y yo estamos un poco más calvos y más viejos también…y tal vez un poco más tontos, pero menos inocentes. Los cassettes y los pocos CDs originales de ese entonces aún reposan en nuestros cajones y gavetas, y estoy seguro que aún hoy nuestros BlackBerries, SmartPhones, iPods, PSPs llevan uno que otro temita de esos. De esos gruncheros.

Por lo pronto me quitaré esta camisa blanca manga larga, estos zapatos de cordón, me dejaré crecer un poco más el pelo, buscaré ese cassette que pasó de mano en mano por todos los del barrio y uno que otro del colegio, y compraré la boleta para el concierto de Stone Temple Pilots en Bogotá en Diciembre; antes no fui porque mi mamá no me daba permiso. Ahora tendré que preguntarle si sabe dónde dejé mis pantalonetas con bolsillos a los lados, la de los conciertos.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Bones - The Killers

Cuando digo algo en serio, debo decir "en serio" más de tres veces para que me creas, para que tengas certeza de mis palabras y también para que yo mismo no me vaya entre las ramas exagerándolo todo. Te digo "en serio" en serio, levanto los brazos con las manos bien abiertas y te muestro mis palmas extendidas -tal y como lo hacen los futbolistas cuando quieren evitarse una tarjeta amarilla o roja-, encojo
los hombros, abro mis ojos bien abiertos detrás de estas gafas recetadas, mis fosas nasales se anchan -suena feo, pero así es-, intensifico cada vez más la palabra "serio" cada vez más como si llevara una tilde en la primera sílaba; descruzo las piernas, te miro a los ojos incrédulos que tienes, y te digo que no soy exagerado (ver este mismo blog), pero que me fascina cuando no me crees lo que te digo y tengo que hacer todas estas muecas otra vez hasta cuando te aburres y dices "te creo", y yo repito "es en serio".

-El lobo, el lobo -gritaba aquél niño en la plaza. El mismo que el lobo se devoró al ver que nadie le creía.
-Te amo, te amo -gritaba aquél hombre en la plaza. El mismo que el amor se devoró al ver que nadie le creía.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Roger Sanchez - Another Chance

Al colegio debía llevar un proyecto y decidió llevar una calabaza gigante. Apenas se bajó del bus escolar, sus compañeros, entre ellos los hermanos DeLeo –Robert y Dean-, quienes siempre jugaban a los pilotos con sus brazos extendidos, se burlaron de él por llevar semejante “encarte”; lo empujaron por las escaleras y su calabaza resbaló de sus manos para caer sobre el pavimento bien cuidado del colegio. El joven Billy Corgan no hizo más sino intentar recoger los pedazos que aún le servían. Cuando le pregunté unos años después para qué era dicha calabaza, me dijo que estaba muy despistado y que había olvidado la tarea, entonces decidió llevar esa calabaza la cual representaba su corazón, y que dentro de ella llevaba un poema llamado “Luna. For Martha. Nunca alcanzó a leerlo en clase. Y Martha tampoco se llamaba Martha.

domingo, 29 de agosto de 2010

Let's get it on - Marvin Gaye


Querida, señorita B:

http://www.youtube.com/watch?v=BKPoHgKcqag

El viaje Ibagué – Manizales dura de 6 a 7 horas, tiempo suficiente para realizar este pequeño experimento bloggístico –si tal cosa existe-

Antes que nada, quiero que leas esta nota con detenimiento y que abras el link del video en otra pestaña y veas la imagen que aparece en esta pequeña introducción para que todo nos salga bien –o al menos a mí-

La canción se llama “Let’s get it on”, de Marvin Gaye. La imagen es de un texto de un escritor inglés llamado Nick Hornby; el libro se llama “Juliet, naked”. La canción es banda sonora de la película High Fidelity, basada en la novela que lleva el mismo nombre y que fue escrita por este mismo señor Nick Hornby. Favor, no confundir Hornby con Horny y no te hagas malas impresiones con la palabra naked.

La imagen es la figura de dos rostros (él y ella) que se encuentran para un beso. Lo curioso de esta imagen es que está formada a partir de unos audífonos blancos –iguales, tal vez, a los audífonos que llevo conmigo todos los días y que alguna vez fueron tuyos. Causalidad y otras rarezas que pasan. “Love is a mix-tape” –favor no confundir con mistake, a pesar de las arbitrariedades existentes- es otro libro que quiero nombrar hoy y que, curiosamente, estoy terminando de leer, y que encaja perfectamente con mis intenciones que se hacen cada vez más evidentes.

En todas las referencias que he nombrado hasta ahora es la música la que juega un papel primordial en la vida de los personajes de los libros. En el primero, es el disco de un artista el que hace que esta pareja se una; en el segundo, es a partir de cassettes (mix-tapes) que Rob, nuestro personaje favorito, cuenta su historia con esta nena. Él graba cassettes y se los da a ella; en el tercero, él y ella graban cassettes juntos para, obviamente, disfrutarlos más adelante.

Al igual que estas parejas y sus mil canciones para escuchar juntos, quiero invitarte a que saquemos nuestros cassettes, CDs, vinilos, mp3, SmartPhones, audífonos, equipos de sonido, pasos de baile y demás, y que desempolvemos LimeWire y Ares para escribir nuestra propia banda sonora a ritmo de rock, reggae, o salsa.

En el borde superior derecho de este blog encontrarás un cassette verde listo para ser regrabado. Se ve un poco viejo, lo sé, la cinta está por fuera, pero así como hacía en los 90s’, podemos usar un kilometrico para guardar la cinta y para regrabarlo. Lo hice muy a menudo antes cuando tenía un cassette siempre listo en el equipo para grabar algún tema que 88.9, la súper estación "pusiera"

B, debo cerrar esta entrada-experimento por hoy, no sin antes dejarte un beso y un abrazo a ritmo de Snow Patrol.

Nota: acá está la versión de “Let’s get it on”, cantada por el mismísimo profesor de la escuela del Rock, el señor Jack Black.

http://www.youtube.com/watch?v=1V_-iZYIofU


domingo, 8 de agosto de 2010

Suicidal Dream - Silverchair

He venido hasta esta ciudad sabiendo que aquí lo encontraría. Me contrataron para seguirlo, para encontrarlo, para matarlo. Yo conocí al señor Kú de años atrás, cuando en la Universidad me contaba sus historias y aventuras, y sus conquistas. Yo fui almacenando toda su información como un biógrafo, como un cronista, sabiendo que algún día sería de gran utilidad. Cuando empecé a seguirlo por las calles de nuestra ciudad, pude descubrir sus entradas y salidas a bares, discotecas, hoteles, moteles, piscinas, billares, cafés, su casa, iglesias, parques. Lo seguí por un mes. Hasta hablé con él en un bar sin saber que yo lo estaba siguiendo. Me contó otras de sus historias llenas de lascivia y libido. Mi envidia era la que prestaba más atención a sus descripciones. Algún día dejé de seguirlo y ahí lo perdí. Llamé al número que me habían dado para seguirlo y ahí me dieron esta dirección en esta otra ciudad. Ahora sí no podrá escaparse. Lo encuentro en una habitación de paredes blancas llenas de estantes y más estantes con libros, discos, revistas. No creo que sean de él. Saco el revólver que venía dentro del sobre que me dieron el primer día; un Smith and Wesson, calibre 32. No sé nada de armas, pero ésta es la más conocida y la más efectiva. Le estoy apuntando seguro de lo que voy a hacer. Suena el disparo…

http://www.youtube.com/watch?v=v3Kbh7J0h3Q

-Comandante, hemos encontrado el cuerpo de un tal Q en la habitación de este hotel. Tal parece que ha querido borrar sus recuerdos de una forma distinta.

Borges. Auster. Sábato. Fincher

domingo, 11 de julio de 2010

Hace poco me encontré con una amiga que supo de mi blog y me preguntó por qué carajos casi todas las entradas que ha leído hasta el momento han sido tristes y desoladoras. No pude darle respuesta inmediata; sin embargo, sí estuve releyendo esto que vengo escribiendo desde enero cuando decidí darle inicio a este sitio y veo que mi amiga tiene toda la razón. Y también estuve leyendo otros blogs de gente conocida o no, y he encontrado que casi todos tenemos la misma idea: hacer katarsis. Exorcisar nuestros demonios y dejar un cuento o una canción. También me he dado cuenta que desde que inicié este espacio, sólo me leen unas pocas personas, tal vez las mismas 4 o 5 personas; pero no interesa...creo!

miércoles, 30 de junio de 2010

Loser - 3 Doors Down

La culpa no es de él. Para nada. Él sólo lleva la L mayúscula en su frente porque así se lo enseñaron cuando pequeño. La culpa la tiene Alejandro Lerner cuando cantaba años atrás "Hay algo que te quiero decir y no me animo". Hasta ahí iba bien, pero después remata con "yo sé que puede ser el miedo a que me digas que no". Como puede ver usted, este señor afectó inmediatamente el comportamiento de mi cliente. Pero eso no es todo. La culpa también es de Franco DeVita; ya que este otro señor salió con "Seré un buen perdedor. El mundo no cambiará". ¿A quién se le ocurre llamarse a sí mismo así? Pero aquí no termina la lista, para nada, nunca termina. Los culpables son varios, los sospechosos son todos. Incuso el care'vaca que le pega a su mujer, el señor Arjona tiene el descaro de cantar "Dime que no". Nadie quiere que le digan que no, su Señoría. Nadie. Nunca. Pero no he terminado. Por este otro lado tenemos a Beck y a 3 Doors Down , quienes insisten en cantar "I'm a loser" con baby o sin baby lo dicen y lo repiten una y otra vez.
Como puede ver, mi cliente no tiene la culpa de ser un perdedor, muy a pesar de lo que diga su desgarbada figura, sus gafas anchas, sus tenis sucios y este libro de Santiago Gamboa (Perder es cuestión de método) bajo el brazo mientras tararea Under the bridge.

lunes, 21 de junio de 2010

Mundo de quimeras - Soda Stereo

He venido al mundo de quimeras, así como lo hizo Gustavo Cerati. Este mundo lleno de seres maravillosos y sorprendentes, con cuernos, pieles, alas, hojas y demás. Apenas entré, me topé con algunos orcos y elfos y ents y enanos y muchos más habitantes de la Tierra Media (.J.R.R. Tolkien). A uno por uno pregunté entrevisté y pregunté por ti en distintos idiomas, pero ninguno logró entenderme. Me interné entonces en la espesura hasta que llegué a un castillo concurrido por dementores, hipogrifos, búhos y tarántulas gigantes. Cuando dije tu nombre algunos insistieron que jamás habían escuchado de ti, pero que más adelante un gran mago podría ayudarme; Hary Potter se llamaba, y era un hombre viejo, canoso y de muy buena memoria (J.K Rowling). A final de cuentas habló de muchas cosas que no entendí, pero jamás supo de ti.
Sabía, sin embargo, que debía hallarte -otra vez- y así llegué hasta Narnia, un sitio muy colorido e infantil, y allí un sabio León y un torpe Fauno pronunciaron tu nombre una y otra vez como quien recuerda un dulce sabor (C.S Lewis).
Grité tu nombre, Alicia, una y otra vez pero descubrí, una vez llegué al Aqueronte con el "Libro de los seres imaginarios" (J.L. Borges) bajo el brazo, que no eres más que una invención que no me deja zarpar.
Atentamente,
Simbad

sábado, 29 de mayo de 2010


-Anoche casi no pude dormir –le dice al amigo a las 9 de la mañana después de que el teléfono sonara tres veces.

-Eso debe ser porque se va a morir –dice su amigo quien ha llamado a invitarlo a un juego de ajedrez a las 2 de la tarde.

-No digas tantas bobadas, hombre –y empieza reírse como nunca lo había hecho antes, intentando detener su risa para poder decirle a su amigo que sí va a ir al juego de ajedrez que habían acordado días antes, pero el ataque de risa no lo deja, y ríe, y tose, y se coge la panza, y sigue riendo sin parar entre espasmos de aire y carcajadas incontenibles hasta que su corazón deja de latir.

La batalla quedó inconclusa. Las armas quedaron afiladas. El campo de batalla quedó inmune. El juego ya no es tan serio. La muerte se ríe con él…finalmente.

lunes, 10 de mayo de 2010

Angels of the silences - Counting Crows

La segunda vez que me encontré con uno fue llegando a la calle Bingham en Londres. Acababa de bajarme del tranvía que me iba a llevar a la casa 18 de esta calle y estaba un poco cansado y conociendo el término jetlag. Cuando mi vio, se me acercó y me preguntó qué estaba buscando, a lo que le respondí que estaba buscando esta calle y esta casa, y muy amablemente me llevó hasta la puerta que luego me fue familiar por un año. Siguió su camino para luego girar a la derecha en la siguiente esquina.
La primera vez que me encontré con uno fue saliendo de Manizales, luego de un festival de jazz. Recuerdo que era un domingo y eran las 7 de la mañana. Llevábamos 2 horas en la carretera con los pulgares tensos de tanto esperar, hasta que decidimos coger un bus que nos cambiara el paisaje, y ahí fue cuando vi como este personaje extrajo de su maleta una coca-cola y muy tranquilamente me dijo usted necesita esto más que yo, y se nota que la va a necesitar para el recorrido que debe hacer. Unos pocos kilómetros más adelante se bajó del autobús.
El tercer encuentro fue en un bus en mi ciudad. A diferencia de la primera y segunda vez que me topaba con uno de estos seres, yo tenía dinero y sabía dónde bajarme, pero venía un poco agotado de ser el mismo, venía un poco cansado de ser hombre (Walking around), venía destruido por una batalla campal, y así fue como este ser pagó su pasaje, pasó cerca a mi puesto, me regaló una sonrisa, se sentó detrás de mí y se bajó unas cuadras más adelante.
Desde hace 3 semanas uso la misma ruta de bus, me siento en el mismo puesto casi a la misma hora, pero creo que es cierto…están ahí para darte una solución, nada más.

Variación 2.
El tercer encuentro fue en un bus en mi ciudad. A diferencia de la primera y segunda vez que me topaba con uno de estos seres, yo tenía dinero y sabía dónde bajarme, pero venía un poco agotado de ser el mismo, venía un poco cansado de ser hombre (Walking around), venía destruido por una batalla campal, y así fue como este ser pagó su pasaje, pasó cerca a mi puesto, me regaló una sonrisa, me preguntó si ese puesto estaba libre, le dije que sí y ahora soy incapaz de devolverle sus alas.

Variación 3.
El tercer encuentro fue en un bus en mi ciudad. A diferencia de la primera y segunda vez que me topaba con uno de estos seres, yo tenía dinero y sabía dónde bajarme, pero venía un poco agotado de ser el mismo, venía un poco cansado de ser hombre (Walking around), venía destruido por una batalla campal, y así fue como este ser pagó su pasaje, pasó cerca a mi puesto, me regaló una sonrisa; yo no me quedé atrás y le sonreí, a pesar del peso de mis angustias. Hablamos un poco de nuestras vidas, de nuestras derrotas, de este blog, y de las razones que tengo para considerarte un ángel.

domingo, 25 de abril de 2010

In my tree - Pearl Jam

Siempre han sido amigos. Alguna vez vivían juntos en la misma ciudad. Ahora viven lejos, pero tratan de saber del otro. Siempre es el Señor Kú -quien prefiere ser llamado Q- quien da razón de ellos. Él es el único que se quedó en el barrio frente al árbol donde fantaseaban con conciertos y con chicas. Más lo primero que lo segundo. Nunca fueron de deportes, ni de fiestas, ni de novias, ni de peleas, pero no por eso eran unos aburridos. Ahora tienen 30 años y aún no son de deportes, ni de fiestas, ni de novias, ni de peleas.

La canción número 8 del disco de Pearl Jam fue la pista que jONE-K y Q acordaron para que este último se fuera a hacer una llamada telefónica mientras que jONE-K besaba a una chica. Ya nadie sabe de esa chica.

´Me preocupa que nada me preocupa´, dijo My-Call alguna vez, y se echó a junto al árbol a esperar que fueran las 9 de la noche para ir a cenar.

Whore-ge fue quien dijo, mientras se terminaba una cerveza, ´Métase con mi mamá, pero no con mi colegio´. A lo que todos le echamos la madre como se hace en nuestra ciudad.

Fue Rue-Cardo quien tuvo la peor pesadilla de todos: se le pincharon los tenis Rebook Pump mientras erraba la cesta que le daría la victoria a su equipo.

Undress-Andrés fue quien mintió sobre su prima, argumentando que fue con ella con quien se daba besos de grandes. Luego le contó a Kú –obvio- que eran mentiras, y él le creyó.

Hace muchos años no se ven todos juntos frente a ese árbol que fue talado. Tal vez ni sepan que lo talaron. Siempre dijeron que si ese árbol hablara, nadie sería amigo de nadie en ese barrio. Tal vez por eso lo talaron. El árbol lo llamaron Happy Tree, y se regodeaban por saber más inglés que sus vecinos.

http://www.youtube.com/watch?v=TZ2RebziO68

jueves, 15 de abril de 2010

Night nurse - Simply Red

Aún no logro entender cómo un uniforme plano y hasta aburrido (blanco) nos llama la atención, o cómo creemos que todas ellas son sexies y hasta interesantes, cuando he visto muchas feas vestidas de enfermeras. La literatura –la gran fuente social de inspiración y de referencia- me da hoy dos casos inolvidables. Pido perdón, de antemano, si me olvido de otras. La primera que conocí se llamaba Catherine y cuidaba del teniente Fred. Estoy hablando, por supuesto, de “Adiós a la armas”, novela del escritor norteamericano Ernst Hemingway. Una novela situada en una de estas tantas guerras de la humanidad en las que nadie gana nunca nada –negación sobre negación sobre negación- Y otra con un nombre inolvidable, un nombre que me repito una y otra vez después de haberlo leído hace ya varios años: Cora. La Señorita Cora. Un cuento de un señor muy citado en este blog. Curiosamente, en la película The secret of life, el actor Tim Robbins recuerda este nombre y esta historia y se la cuenta a Hanna, quien cuida de sus cicatrices y magulladuras.

Recuerdo mi época en la universidad cuando mis amigos y yo hicimos una campaña social, muy al estilo de Sábados Felices llamada “Lleva una enfermera en tu corazón”, y que pretendía salir –con toda la semántica de la palabra- con una niña de la universidad que estudiara enfermería sin importar qué semestre. Lastimosamente, y debo dejarlo claro en esta entrada, nunca lo logré. Ellos, 3 de ellos, sí tuvieron su historia cursi con conversaciones sobre jeringas, infecciones, hinchazones, dolores, hematomas, catéteres, -itis, -rreas, y otros cosas que no tengo ni idea.

Salvo una que otra gripa o dolores de patria, gozo de muy buena salud, por lo que no tengo que ir usualmente al doctor y no debo cuestionar a nadie sobre molestias constantes en los huesos, o músculos, o brazos o piernas, nada. Por tal razón, no recurro a sitios en los que el afiche infaltable sea el de una enfermera con su dedo índice derecho extendido sobre su boca indicando silencio o donde ellas cuiden de mí, o sepan tratar a un tipo de 30 años con serios problemas de seriedad. Sin embargo, hace varias semanas sufro de una enfermedad muy curiosa y ningún doctor o enfermera ha sabido diagnosticar algo para ella, o contra ella. Los síntomas son normales, dijo el último internista frente a su asistente de pantalón blanco y blusa blanca y medias blancas y diadema blanca; te da taquicardia, sudas más severamente, te falta concentración, tu memoria falla, repites una y otra vez los mismos chistes, te duele el diafragma de tanto suspirar y respirar, no logras conciliar el sueño. Ya lo he visto antes; se te está acabando la cuerda. De no ser así –siguió el doctor- lo mejor es que te dejemos bajo observación durante esta noche para ver cómo avanzan tus males. Y sin decir más, escribió una nota con su letra clara y legible, ordenó que me pusieran una pijama, abrió mi historial que no es nada más sino una carpeta con mi nombre y se fue.

Llevo ya 10 noches aquí. La primera noche vi que ella entró a mi habitación con su vestido blanco, me midió la temperatura, me arregló la cobija dejándola sobre mis pies y mi pecho, me dio un beso en la frente y se fue, no sin antes apagar la luz. Desde ese día no quise volver a lo que hacía antes. Ella sigue viniendo todas las noches y hace lo mismo de siempre.

Anoche al fin ocuparon la otra cama de mi habitación, se trata de una muñeca que hace chichí, pero ahora sufre de cistitis la pobre. Y yo sigo siendo el mismo chimpancé que toca el tambor, pero que quedó sin batería.

jueves, 8 de abril de 2010

Fotografía – Oscar Athie, el mismo flaco, ojeroso, cansado y sin ilusiones.

En mi vida he sido llamado de varias maneras: atrevido, abusivo, viejito, calvo, maldito, parce, parcero, llave, pana, marica, perro, perro-loco, guñí-guñí, fastidioso, pelmaso, payaso, picao’, negro, negrito, negrette, negro-color-de-pedoe’burro, negro-espanta-la-virgen, negra noche, sobrao’etigre, engreído, mal-polvo, flaco, cansado, ojeroso, bonito, precioso, manteco, perro-sin-sangre, pez, raza, quimba, kinky, mr. king, big tasty, lombrisiento, amor, m’amor, baby, gafufo, cuatro ojos, vergajo, pendenciero, pusilánime, fan-de-marbelle, clon-de-brad-pitt, jodido, mujeriego, womanizer, perdedor, rayado, loser, aguafiestas, aburrido, aburridor, gonorrea, asalta-cunas, salta-tapias, maurinho, mauritzio, mauro, mauri, mauris, maurito, maito, mao, mi mao, mimao’, mamao, ma,llama-mao, maoe, ladrón, bueno-pa’-nada, desocupado, buscón, profe, sexy, levanoso, libidinoso, primor, loco, loquito, teacher, bobo, atravesado, atarbán, atascao’, pucca, puquis, qupa, profe, cínico, desgraciado, mijo-lindo, caldoe’babas, twat, stronzo, mentiroso, papi, ñuco, ñoño, pendejo, cochino, iguazo, rulo-toing, carlitos, tiznao', ahío, …pero jamás me van a llamar EXAGERADO.

miércoles, 7 de abril de 2010

Bello Abril - Fito Páez

“Abril, lluvias mil”, reza el dicho popular. “Bello Abril”, dice Fito Páez. “No me esperen en Abril”, dice Alfredo Bryce Echenique. Yo, por mi parte, digo “Bienvenido Abril”. Nota importante: puedo ser de todo, menos optimista, así que no hay que tomar esta afirmación como algo positivo, o proactivo –palabra que detesto- o PNL (programación neurolingüística) –otra idea loca para vender libros ridículos para adolescentes y drogadictos- y para que el señor este gordinflon de la televisión le diga a la gente cómo hacer millones de pesos con una sonrisa a flor de labios, mientras él gana millones de pesos convenciéndolos de que es así, cuando todos sabemos que no. Pero esa otra discusión. Yo sólo quiero decir que no soy optimista, pero que le doy la bienvenida al mes de Abril, que me gusta abril, y sobre todo me gustan las lluvias de abril. Nota importante dos: tampoco soy muy religioso que digamos, pero cuando Fito Páez sacó su disco Naturaleza Sangre en el 2003, el coro que más me gustó fue “Dios santo, qué bello Abril. Dios santo, qué bello Abril. Dios Santo, qué bello abril sos vos”. Me asalta un recuerdo ahora y es que tuve el descaro de cantar esta canción en un café mientras mi amigo Juan Carlos -que sí sabe cantar- tocaba la guitarra y otras varias personas empezaban a pagar la cuenta y a irse. No era para menos. Nota importante tres: si no soy optimista, ni religioso, mucho menos voy a ser tolerante. Sencillamente hay cosas que no tolero. Para nombrar sólo unas pocas cosas están: el mal aliento, la cerveza caliente, las busetas llenas, los taxistas atravesados, los peatones atravesados, los besos a medias, los libros de superación personal, los pantalones entubados, los mensajes de “pasaba por aquí a dejarte un saludito y un besito en tu wall de tu feisbuk”, la falta de tildes, la emisora Radio 1, que me hablen cuando llevo puestos mis audífonos, la nueva eps, los discursos políticos, y sobre todo, la mala ortografía.

Si hay algo que me gusta mucho del mes de Abril, es el día del idioma; el famoso 23 de Abril. Día en el que todo el mundo recuerda que hay que hablar bonito y escribir bonito. Día en el que se nombra al famosísimo y jamás leído Don Quijote de la Mancha. Día en que “En un lugar de la mancha, de cuyo nombre no logro acordarme” se repite en todo colegio, escuela, escuelita, universidad, politécnico, piracténico, centro de atención hospitalaria, centro de validación y capacitación o rehabilitación –más esto último que los dos primeros-, biblioteca, minibiblioteca, biblioburro, bibliobús, en fin. En este mismo día es cuando los chicos y los no tan chicos representan al famoso Alonso Quijano, a su siempre-amigo y escudero, Sancho Panza, y a la feísima y siempre bella Dulcinea del Toboso, pero qué tan poco sabemos de ellos. Nota importante cuatro: yo sí leí el Quijote completo hace varios años y quedé maravillado. Nota importante cinco: tenía que chicanear con esta entrada. Antes de terminar esta entrada, considero pertinente mencionar una canción de una banda muy citada en este blog, y es COLDPLAY. La canción se llama Don Quixote, y fue interpretada por la banda en su gira por lationamérica -obviamente en Bogotá no faltó y obviamente, yo tampoco falté-

http://www.youtube.com/watch?v=5OCVWScxjcE&feature=related

Un abrazo inmenso para todos aquellos que nacieron en Abril y que disfrutan las lluvias de Abril.

Y la canción de Fito:http://www.youtube.com/watch?v=5xNgKNgrQco

sábado, 3 de abril de 2010

Mouth - Bush

Me gusta esa boca que, curiosamente, puede ser la misma boca del capítulo 7 de Rayuela. Todos sabemos que se puede llamar boca o cavidad bucal, o jeta, o mascadero, o mouth, o bouche, o bocca… aunque no me interesa cómo se llama, sólo sé que me gusta esa boca con todas sus cosas, con todos sus dientes, con todos sus músculos y tejidos. Esa boca con paladares y encías. Esa boca de labios suaves que me regalan sonrisas y besos. Esa boca, tu boca toda con caninos, molares, premolares, cordales, incisivos, colmillos, dientes de leche, caries, gingivitis, halitosis, periodontitis, úvula, labios (superior e inferior, por igual) amígdala palatina, papilas gustativas, ligamento periodontal y, sobre todo, lengua. Me gustan las palabras que salen de esa boca también. Las palabrotas que dices y las palabritas que no dices; lo susurros y secretos que me dices; esa boca que usa colorete y que me dice Hola y Adiós.

martes, 23 de marzo de 2010

Like a friend - Pulp


Charles Dickens escribió muchas historias sorprendentes, crudas, reales, alegres, picarescas, tristes, románticas, y sobre todo interesantes (David Copperfield, Oliver Twist, A Christmas Carol, The mystery of Edwin Drood, entre otras.). Mi gran favorita, tengo que admitirlo, es Great Expectations. Y debo ser más sincero y decir que más que la novela, me gusta la versión llevada al cine en 1998 por Alfonso Cuarón . Los personajes son un tanto solitarios y por lo tanto, sinceros. La historia es muy normal: cursi-románticona con un man que no deja de pensar en la chica (Stella). Lo que me gusta de la película –y de la historia- es como el poder de un beso puede volver a un tipo algo torpe. Nuestro personaje (Finn), siendo aún muy chico, va a tomar agua de una fuente y cuando menos lo espera los labios de ella se chocan con los suyos, y uno no puede dejar de ver la cara de sorpresa –o de torpeza, mejor- y saber que ya no puede hacer nada, que de ahora en adelante pensará en besar esa sonrisa otra vez. A medida que la película continua, se repiten varias escenas con este mismo esquema: el beso inesperado y abrumador, y una vez más la cara de torpeza –digámoslo de una vez- de Finn.

Nota: yo sé que es demasiado tarde para hacer alguna crítica de esta película que se estrenó hace más de 10 años. Eso está claro, pero puedo decir –para justificar esta entrada- que volví a verla hace dos semanas en casa de un amigo, y pues que estoy estrenando blog. Ojalá sean razones suficientes.

La parte que más me llamó la atención esta vez es cuando Stella llega al apartamento de él y le dice que la pinte. A medida que él se reincorpora de su sueño, ella empieza a despojarse, despreocupadamente, de su camisa verde oliva, de su falda negra corta, y la música es lenta (Don't bother saying you're sorry. Why don't you come in?), él sigue pensando en cómo pintarla, en cómo empezar su obra; hasta que llega un “Just to do it again”, acompañado de un fuerte riff de guitarras y Finn no puede más sino hacer rayones sobre rayones, mientras Stella se empina, se para, se sienta, se coge el cabello, se lo suelta, se despeina, fuma, vuelve y fuma, mira por la ventana, mira a Finn, inspira una entrada de blog, y la canción sigue más rápida…

You are the last drink I never should drunk. You are the body hidden in the trunk. You are the habit I can't seem to kick. You are my secrets on the front page every week…

…para decirle, finalmente: it’s lucky for you that we’re friends.

Y es ahí cuando ella recupera su camisa verde oliva abandonada adrede sobre la silla, su falda negra corta, su bolso, se pone de pies y se va. La misma sensación del beso a medias, de “ver y no tocar”, de “¡qué lindo que somos amigos!”, de la “nostalgia del melómano”, de final de temporada de Warner Channel.

La canción es de PULP. La culpa es de uno cuando no enamora (Benedetti –el poeta, no el político).

http://www.youtube.com/watch?v=snouZdW2IWg

viernes, 19 de marzo de 2010

Out of time man - Mano Negra

En La nostalgia del melómano, novela del escritor colombiano Juan Carlos Garay, el narrador logra expresar fácil y claramente lo que sucede cuando una canción llega a su fin, y lo que es una colección de discos amontonada. El narrador, cuyo nombre no recuerdo ahora, afirma que tener música es tener nada; si tú tienes un disco y quieres escuchar una canción que hace rato no escuchas, y llegas a tu casa, prendes el equipo, el stereo, el tornamesa, la grabadora, el microcomponente –que no es ni tan micro ni tan componente-, tomas el disco en tus manos, levantas la tapa o el estuche –si es vinilo-, lo pones en la bandeja y escuchas la canción, vuelves a quedar incompleto –por no decir solo. Esta es la nostalgia del melómano: descubrir que tienes una colección de objetos inanimados (CDs, vinilos, cassettes) y que luego de escuchar una canción que te trae algún recuerdo, cuando se acaba, tienes dos posibilidades, bien sea, a. escucharla de nuevo, o b. recordar solo. Obviamente, ambas posibilidades llevan a lo mismo.

Qué bueno sería, por ejemplo, escuchar la misma canción durante 10000 Days (Tool). O 19 días y 500 noches (Joaquín Sabina). O por los menos durante 1000 horas (Los abuelos de la nada), o Three days (Jane’s Addiction). O qué bueno sería escuchar una canción a las 10:15 Saturday night (The Cure). O tal vez escucharla 25 horas al día, vida mía (Proyecto 1). O saber que esa canción va a durar más de 25 minutes (Johnny Cash). Tan solo escucharla por 5 days alone (Pantera). O quizás por 13 minutes (A perfect circle). O 5 minutos (RBD). O 4 minutes (Madonna). O 52 seconds (Bad religión). O por lo menos Seven seconds (Youssou N’dour). O solo Seconds (U2). O que estará junto a ti por un buen Tiempo (Jovannoti - Jarabe de Palo).

Escuchar una canción, la que sea, es entonces un placer que aunque te dejará solo más adelante, te recordará por qué compraste ese cidí, por qué te dan ganas de correr o de bailar o de sentarte o de gritar …lo que sea. Lo importante es combatir la nostalgia, y eso sólo se hace con otra canción, otro álbum, otro disco.

jueves, 11 de marzo de 2010

With arms wide open -Creed

La culpa de todo la tiene Nabokov. También Kawabata y García Márquez. Al igual que ellos yo también tuve un amor indebido, una historia pequeña, o mejor, con una pequeña. Por efectos legales obviaré su nombre y el mío, pero sí puedo escribir que sucedió y que ésta es su historia –o mi historia, aún no lo sé-

Mi Lolita, como lo escribe Humbert Humbert in la novela de Nabokov, ya no es una lolita. Cuando la conocí, llevaba un vestido blanco y no sabía quién era Gustavo Cerati. Cuando la conocí, yo no sabía qué era un beso en la biblioteca teniendo a Poe, a Whitman, a Faulkner, a Steinbeck, a Twain como testigos. Cuando la conocí, ella no sabía de Fito ni de Calamaro, así como yo tampoco sabía que me sudaban las manos.

Esta historia se desarrolló entre dar y no recibir, entre el sí y el no, entre preguntar y no responder, entre otros aguinaldos inocentes y hasta tontos. Lo triste es que siempre perdí en cada juego que intentábamos jugar. Es más, aún hoy creo que debo una invitación a comer o una chocolatina o un beso a escondidas, y por eso hoy estoy pagando esa deuda con esta entrada en este blog. Ahora creo que es a ella a quien le sudan las manos - Ella ya sabe qué es un beso a escondidas en una biblioteca, ya sabe quién es Fito Páez gracias a Monquy Records, ya sabe quién es Cortázar y su capítulo 7, ha escuchado Bocanada, Siempre es hoy, Ahí vamos, Colores Santos y Amor amarillo. Ha viajado y me ha contado; ha dicho y he escuchado; me ha contado y me he entristecido.

Ahora tiene una lolita dentro de ella. Ahora ya dejó de ser una lolita. Ahora la recuerdo con su vestido blanco en aquella presentación. Ahora la veo con su vestido blanco ancho que esconde su pancita. Ahora quisiera que el tiempo no hubiese pasado. Ahora soy más viejo y más calvo. Ahora estoy más solo. Ahora te dejo esta canción. Ahora te escribo este blog.

Para ti, lo mejor. Para todos..todo.