lunes, 22 de febrero de 2010

When we dance -Sting & The Police

Bailar, danzar, rumbiar, mover-el-esqueleto, ­mover-la-cassettera, azotar baldosa, brillar chapa, como sea que le digamos, tiene muchas significaciones antropológicas, y por ende, sociales y humanas. Re-encontrándome con Mircea Eliade, el escritor suizo, y su texto Mito y Realidad (1963) descubro una vez más el valor inmenso de esta actividad en nuestras vidas –bailar, no re-descubrir- Puedo asegurar que bailar tiene cualquier cantidad de razones que van unidas al mito, y a la justificación del mito a través de un rito. Digamos, por ejemplo, bailar como un rito; de allí la danza de la lluvia, la danza del fuego, la danza de los pelícanos en la playa para llamar la atención de otros pelícanos del sexo opuesto, entre otras danzas (más adelante analizaré el baile del perrito, el baile del marciano, la mayonesa, el carrapicho, la lambada, entre otros). Lo sorprendente de esta acción es que toda cultura tiene sus danzas características y sus movimientos bien definidos (con velas, con sables, con falda, con boleros, en tapa-rabo, en sandalias, descalzos) y que el baile es, por excelencia, una actividad que necesita de dos personas (tango, salsa, bolero, merengue, waltz), aunque hay otros que son grupales, pero no es mi interés señalarlos ahora.

Pensando pues en este bailar, se me ocurrió esta idea expongo hoy: bailar es igual a llevar una relación sentimental. Tengo varias teorías y razones que espero poder explicar lo suficientemente bien.

-Cuando un man invita a bailar a una chica es porque, obviamente, encuentra cierto atractivo en ella, o porque sencillamente, quiere tenerla más cerca.

-Sostener la mano derecha de esta nena en la mano izquierda del man puede ser desastroso o ventajoso para alguno de los dos, pero es supremamente importante saberlo hacer.

-Saber la distancia precisa entre ambos cuerpos es importante.

-Saber quién manda cuando bailan es decisivo.

-Saber decir las palabras precisas en el momento preciso del baile puede llevar al man a la ruina o a la gloria.

Pero vamos por partes…

Debo aclarar primero que no soy un muy buen bailarín, sin embargo, cuando lo hago, trato de hacerlo lo mejor posible y de hacer el tipo de comentario apropiado –a veces no sé qué es lo que digo y termino sentado solo el resto de la noche, y otras pocas termino en un taxi dirigiéndome a la casa de la chica con la que estuve bailando las últimas horas. No pasa muy a menudo, pero pasa!

Saber bailar es saber tener una relación sentimental –hablo, por supuesto, de una relación entre un man y una nena, una relación heterosexual, una relación de película (Rose y Jack, Harry y Sally, Don Armando y Betty). Bailar una canción con ella puede ser tan divertido como compartir un año juntos, hasta que la canción se acaba –lastimosamente- y debes preguntarte si quieres realmente seguir bailando o dejar que se acabe la canción e irte a casa solo. Puedo argumentar aquí que hay veces que uno, sin darse cuenta, termina bailando 1 hora y hasta 3 horas con la misma persona, y no es porque la música sea genial, o porque el DJ esté rotando la mejor música del mundo esa noche, sino porque, sencillamente, estamos rindiendo culto a la existencia del mito a través de, obviamente, el rito. En este caso, el rito de la conquista; o yéndonos bien, el gran mito del amor. Como también se da el caso de aquél baile, o mejor, aquella canción que se torna un potpurrí, una mezcla de canciones sobre canciones, de ritmos bajo el mismo beat, o loop que esperamos que se acabe cuanto antes; que ya hemos pisado aquél juanete derecho varias veces, que creemos que no podemos más con esa mentira de baile, de movimientos exagerados, de palabras tontas al oído, de tontos bailando como gallinas, que ese baile no nos va a llevar a ningún lado, que es mejor que nos sentemos y dejemos esta farsa.

Una relación sentimental puede durar demasiado, un baile también; una relación puede ser agradable, un baile también; una relación se disfruta cuando ambos están en la misma página, un baile también; una relación puede ser un buen esparcimiento –sobre todo para el corazón-, un baile también lo es, una relación puede llevarte al llanto, un baile también; una relación te puede llevar a la cama, un baile también –así como también una infección urinaria-, una relación puede ser la mejor experiencia de tu vida, un baile tal vez no, pero se le acerca.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Playlist

Hay un concepto que siempre me ha llamado la atención y está muy ligado con la música y la poesía y se llama autotelismo o auto-referencia. Esto lo aprendí en mis años de universidad, y más específicamente en mis clases de literatura contemporánea y latinoamericana –trataré de no sonar más ñoño de lo que ya se puede suponer-. Este concepto no es más sino sentirse identificado con algunas palabras y, por qué no, con una melodía o con una sensación, de allí que muchas personas mencionen la expresión “esa es mi canción”, o “te dedico esa canción”, o mejor aún “esa canción me la dedicó mi …”, entre otras expresiones comunes.

Últimamente he estado pensando mucho en esta idea autotélica porque tengo varias cosas en la cabeza; ideas perdidas, ideas locas, ideas equivocadas. Sé que no soy el único que lo hace y por eso mismo existen mil canciones que llevan a eso; y eso estaba pensando prácticamente porque descubrí escuchando la radio que todo grupo dentro de todo género musical conlleva este tipo de ideas equivocadas –por eso mismo digo que no soy el único- Veamos, si escuchamos en la radio un bolero (Dicen que la distancia es el olvido, pero yo no concibo esa razón), una ranchera (Por tu maldito amor), una balada romántica (Son 12 rosas que hablarán por mi; son 12 rosas que te gritan “vuelve”, cada una …), un rock (You killed this love, this love…), un grunge, un heavy, un reggae (Oh! No me dejes morir así, Oh! No me dejes caer en la trampa), lo que sea, vamos a encontrar una alegría o una desazón que aunque no sea nuestra, la vamos a sentir nuestra. Es algo muy cotidiano y a la vez algo muy sorprendente.

Esta semana de tanto pensar equivocadamente me he puesto a la tarea de escuchar mi colección de discos y hacer un playlist de canciones que me gustan y que tienen un matiz característico y que será evidente reconocerlo para cuando termines de leerlo:

U2 – With or without you. Siendo mi banda favorita, tengo que empezar con un himno inolvidable de lo que es y no puede ser, de la dicotomía entre sí y no. Con esta misma canción se me vienen varios recuerdos, varios nombres, pero me voy a aferrar a aquél que transcurre en el año 2009 –es muy reciente, lo sé- El recuerdo me lleva realmente al concierto de esta gran banda en Estados Unidos en Tampa. Pues como es costumbre en U2, antes de terminar el concierto tocaron esta canción. Debo añadir que toda mi vida quise escuchar esta canción en vivo, ya no quería oírla más en mi Discman, en mi stereo, en mi celular, nada. El recuerdo, y lo sorprendente de todo, es que no pude evitar soltar unas cuantas lágrimas que, aunque no estaban destinadas a nadie en particular, sí me recordaban la idea de perder a alguien y de preguntarme por qué no puedo vivir contigo, o por qué no puedo vivir sin ti. ¡Interminable dicotomía ésta!

Algo que me llama la atención de esta canción es que muchas personas identifican a U2 por esas tonadas inconfundibles de The Edge, y aunque nadie se la sabe completamente, sí saben que se trata de una despedida, de algo triste, de algo con sabor a melancolía. Ahora, si tenemos en cuenta que esta canción es de 1986 (The Joshua Tree), puedo asegurar que ha sido banda sonora de más de veinte películas y de más de 100 vidas distintas, incluyendo la mía.

http://www.youtube.com/watch?v=XmSdTa9kaiQ&feature=fvst

INCUBUS – Love hurts- Un tema muy inocente en el que Brandon Boyd estipula que el amor duele pero que a veces sentir ese dolor es bueno porque te recuerda que estás vivo (Love hurts but sometimes is a good hurt ‘cuz you feel that you are alive), para más adelante preguntarse por qué él no ha podido encontrar lo que todo el mundo busca –y otros más afortunados encuentran- Supongo que muchos nos preguntamos eso una y otra vez, y lo peor es que nunca encontramos respuesta alguna, y a veces eso duele más. Las líricas y la música de este tema son muy adolescentes como algunos otros temas de esta banda californiana, pero eso no es razón suficiente para descartarla de este playlist, así ya esté viejo y calvo –todo lo contrario de ser adolescente o californiano- Esta canción puede ir acompañada de otra canción igual de adolescente (inocente) titulada I miss you.

http://www.youtube.com/watch?v=K_bQ80xZNwI&feature=related

FAITH NO MORE –Take this bottle- Mike Patton, cantante y líder de esta banda decide comprar una botella de algo, digamos vino rojo, y se la da a ella para que se la tome con él -el nuevo amor que ha encontrado o el viejo amor recuperado-. Me he imaginado a Mike Patton mil veces yendo al estanco o al liquor store, y pedir una botella de vino tinto y unos cigarrillos, guardar la botella en una bolsa de papel –como manda la ley en los Estados Unidos-, llegar a la casa de ella, entregársela y decirle: “Mira, te traje esta botella para que te la tomes con él mientras yo me quedo cruzado de brazos”. Luego me lo imagino saliendo de allí y comprando una botella para él solo mientras enciende un cigarrillo, yendo a su casa a componer esta canción mientras recuerda ciertos momentos con ella. El título del albúm es de por sí muy interesante: King for a day, fool for a lifetime. La verdad, el título del disco lo explica todo. Sea como sea, tengo una botella de ron a la mano y escribo esto luego de sentirme un rey…y de dejarte una botella para que te vayas con él.

http://www.youtube.com/watch?v=17mL4funBq4

JAMES BLUNT –Goodbye my lover- El señor Blunt con su carita de yo-no-fui logró escribir una canción inolvidable para aquellos que no sabemos decir adiós. Toda la canción es triste, el tono de voz, la guitarra, y por supuesto la letra. Lo que más me inquieta de esta canción son las últimas líneas cuando dice “I’m so hollow, baby. I’m so hollow”, y ahí es cuando me pregunto: ¿será posible decir adiós y quedar realmente vacío? Aunque ya sabemos que decir adiós no es tarea fácil, siempre llegará un momento en que estas palabras tendrán que decirse. De James Blunt también nombraría otro tema del mismo albúm (Back to Bedlam), pero sólo por la última línea: …but it’s time to face the truth; I will never be with you. Por supuesto estoy hablando de “You’re beautiful”, pero debo seleccionar solo una canción, así me lo prometí, y será mejor que siga.

http://www.youtube.com/watch?v=wVyggTKDcOE&feature=fvst

THE CURE –The end of the world- Es muy complicado escoger una sola canción de esta banda inglesa que sea triste, porque si de algo sabe el señor Robert Smith es de estar triste. Pero ésta es quizás la que más me llama la atención por dos razones: primero, tuve la chance de escucharla en vivo en Londres en el año 2006, y segundo porque él reconoce, al igual que yo, que ella se tiene que ir porque lo ha decidido, porque no pudo amar más, porque tenía otras cosas en la cabeza, tal vez las mismas ideas locas y equivocadas que tengo ahora. Go if you want to. I’ll never try to stop you” son las primeras de esta canción. El mismo video de la canción es inquietante. Ver cómo la casa en la que está míster Smith y todo lo que hay en ella empieza a quebrarse, a desquebrajarse delante de sus ojos hasta que no queda más sino un montón de basura a su alrededor. Muy similar a una canción de Raphael, el cantante español -y para seguir recordando otros géneros musicales-: “todo se derrumbó dentro de mi, dentro de mi…”.

http://www.youtube.com/watch?v=n3tzBnm8MZQ

OASIS –Don’t go away­- Los hermanos Gallagher deberían cantarse esta canción cada tres o cuatro años cuando empiezan con sus riñas familiares y dejan a los fans con cierta desazón y sinsabor, pero eso es un cuento aparte.

A pesar de lo difícil que es decir adiós, siempre se puede decir lo contrario, el problema es si uno es lo suficientemente convincente como para hacer que esa persona se quede ahí. No te vayas, di que te vas a quedar, dame tiempo para hacer las cosas como deben ser, puede sonar insuficiente. Aún así siempre vale la pena decirlo, proponerlo, murmurarlo, o pensarlo si quiera (¡Quédate!), así todo sea en vano (Don’t go away, say what you say, say that you’ll stay).

http://www.youtube.com/watch?v=I6K9JqR9dVE

PEARL JAM –Black- Del disco Ten sale este tema melancólico, el primer disco de la banda y el primero que pude escuchar completo en el año 1992. I know some day you’ll have a beautiful life, I know you’ll be a star, in somebody’s else sky, but why, why, why, can’t it be, oh! Can’t it be mine”. Estas son las últimas palabras de este tema compuesto por Eddie Vedder en el 91. Recuerdo la primera vez que la escuché: era una canción suave, triste, pero no presté atención a la letra, sólo las canciones rápidas me gustaban, pero había algo raro en este tema que me impulsaba a escucharla regularmente; ahora no puedo dejar de pensar lo mismo y de cantar estas últimas líneas cuando algo triste sucede, cuando pierdo a alguien, cuando todo se torna un poco negro, cuando no hay estrellas en mi cielo.

http://www.youtube.com/watch?v=NexOxW5Lboo

REM –Everybody hurts- Otro tema que tuve la oportunidad de escuchar en vivo; esta vez fue en Bogotá en el año 2008. El título lo dice todo, lo que no dice es que usualmente hacemos daño o nos hacen daño porque lo permitimos, porque shit happens –de allí el título de este blog- pero eso no sucede a propósito; solo sucede. “Sometimes everything is wrong”. La canción es muy repetitiva, muy sonsa, si se quiere, pero el título sigue siendo inquietante.

http://www.youtube.com/watch?v=pudOFG5X6uA

BON JOVI –Never say goodbye- Para confirmar que soy un viejito, voy a relatar la compra de mi primer LP. Slippery when wet, del 86; claro que lo compré en el 91. Era mi cumpleaños número 12, mi papá me dio dinero y fui a esta tienda de discos a comprar mi primer Long Play. En esa época Bon Jovi era la sensación y la mayoría de temas son muy alegres (You give love a bad name, Living on a prayer), pero este tema es, tal vez, el único realmente triste. El man le insiste a la nena que no olvide muchas cosas, que hagan lo posible por nunca decir adiós.

¡Qué inocente eras en esa época, Bongiovi! ¡Qué inocente eras, señor Kú!

STEREOPHONICS – Dakota – Debo aclarar algo antes de explicar este tema: no tengo ni idea de dónde es esta banda, cómo se llama el cantante, cuántos discos tienen, ni idea. Sólo que sé me que gusta esta canción y que sí, compré el disco sólo por escuchar este tema que, aunque suena muy alegre por sus guitarras fuertes y la voz ronca (husky) del cantante, la canción es triste. “You made me feel like the one” repite el coro una y otra vez y cada vez suena más fuerte, más triste, más sincera.

STING –If you love somebody, set them free- ¿Cuántas veces habremos escuchado esta idea? ¿Acaso no es lo contrario; que si amas algo, debes luchar por ello? No lo sé. Sólo me animo a citar este gran tema del señor Sting. La canción aparece en un compilado de The Police & Sting, y no sé realmente si hace parte del trabajo en solitario de este señor, o si hace parte del trabajo conjunto con los demás agentes; sin embargo, me atrevo a decir que por el ritmo y el mismo video, este tema hace parte del trabajo en solitario una vez se hubo separado la academia de policías.

Por supuesto que he amado y siempre he expuesto esta idea (canción); y cuando me doy cuenta, estoy cantando alguna de las canciones que se exponen en este playlist.

Este pequeño listado de canciones tristes puede sonar desalentador y hasta dan ganas de sentarse a escuchar cada uno de los temas expuestos acá mientras se recuerdan historias tristes o no, pero lo importante de todo este esfuerzo es valorar la importancia de sentirse triste, ese placer de reconocer la soledad y cuestionarse una y mil veces sobre el amor y otros demonios.

En mi misma clase de literatura, mientras discutíamos sobre lo autotélico y lo auto-referente, surgió una línea que siempre me repito: el amor es eterno mientras dura, bien sean pocas semanas, muchas semanas, años, decenios, no interesa; lo que realmente interesa es darse por completo en ese tiempo que nadie sabe medir, en un tiempo en que los besos y los abrazos y las caricias y las palabras parecen inacabables y eternos; y así haya mil canciones tristes, que todas suenen decepcionantes, es importante recordar que Say goodbye al fin de cuentas puede ser también Don’t go away, pero no siempre, tampoco…

lunes, 15 de febrero de 2010

Acá vamos!

Pues después de tanto pensarlo y de darle vueltas y más vueltas al asunto, he decidido empezar un blog. A pesar de haber leído varios, no sé realmente cuál es el orden o el correcto procedimiento del mismo...supongo que no hay reglas ni nada por el estilo; así como también supongo que pocas personas querrán leer lo que posiblemente vaya a escribir aquí. Sea como sea, voy a incursionar en esta tarea.