He venido hasta esta ciudad sabiendo que aquí lo encontraría. Me contrataron para seguirlo, para encontrarlo, para matarlo. Yo conocí al señor Kú de años atrás, cuando en la Universidad me contaba sus historias y aventuras, y sus conquistas. Yo fui almacenando toda su información como un biógrafo, como un cronista, sabiendo que algún día sería de gran utilidad. Cuando empecé a seguirlo por las calles de nuestra ciudad, pude descubrir sus entradas y salidas a bares, discotecas, hoteles, moteles, piscinas, billares, cafés, su casa, iglesias, parques. Lo seguí por un mes. Hasta hablé con él en un bar sin saber que yo lo estaba siguiendo. Me contó otras de sus historias llenas de lascivia y libido. Mi envidia era la que prestaba más atención a sus descripciones. Algún día dejé de seguirlo y ahí lo perdí. Llamé al número que me habían dado para seguirlo y ahí me dieron esta dirección en esta otra ciudad. Ahora sí no podrá escaparse. Lo encuentro en una habitación de paredes blancas llenas de estantes y más estantes con libros, discos, revistas. No creo que sean de él. Saco el revólver que venía dentro del sobre que me dieron el primer día; un Smith and Wesson, calibre 32. No sé nada de armas, pero ésta es la más conocida y la más efectiva. Le estoy apuntando seguro de lo que voy a hacer. Suena el disparo…
-Comandante, hemos encontrado el cuerpo de un tal Q en la habitación de este hotel. Tal parece que ha querido borrar sus recuerdos de una forma distinta.
Borges. Auster. Sábato. Fincher
Nice job. Yet I'm still chewing it.
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