Al colegio debía llevar un proyecto y decidió llevar una calabaza gigante. Apenas se bajó del bus escolar, sus compañeros, entre ellos los hermanos DeLeo –Robert y Dean-, quienes siempre jugaban a los pilotos con sus brazos extendidos, se burlaron de él por llevar semejante “encarte”; lo empujaron por las escaleras y su calabaza resbaló de sus manos para caer sobre el pavimento bien cuidado del colegio. El joven Billy Corgan no hizo más sino intentar recoger los pedazos que aún le servían. Cuando le pregunté unos años después para qué era dicha calabaza, me dijo que estaba muy despistado y que había olvidado la tarea, entonces decidió llevar esa calabaza la cual representaba su corazón, y que dentro de ella llevaba un poema llamado “Luna. For Martha”. Nunca alcanzó a leerlo en clase. Y Martha tampoco se llamaba Martha.
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