La segunda vez que me encontré con uno fue llegando a la calle Bingham en Londres. Acababa de bajarme del tranvía que me iba a llevar a la casa 18 de esta calle y estaba un poco cansado y conociendo el término jetlag. Cuando mi vio, se me acercó y me preguntó qué estaba buscando, a lo que le respondí que estaba buscando esta calle y esta casa, y muy amablemente me llevó hasta la puerta que luego me fue familiar por un año. Siguió su camino para luego girar a la derecha en la siguiente esquina.
La primera vez que me encontré con uno fue saliendo de Manizales, luego de un festival de jazz. Recuerdo que era un domingo y eran las 7 de la mañana. Llevábamos 2 horas en la carretera con los pulgares tensos de tanto esperar, hasta que decidimos coger un bus que nos cambiara el paisaje, y ahí fue cuando vi como este personaje extrajo de su maleta una coca-cola y muy tranquilamente me dijo usted necesita esto más que yo, y se nota que la va a necesitar para el recorrido que debe hacer. Unos pocos kilómetros más adelante se bajó del autobús.
El tercer encuentro fue en un bus en mi ciudad. A diferencia de la primera y segunda vez que me topaba con uno de estos seres, yo tenía dinero y sabía dónde bajarme, pero venía un poco agotado de ser el mismo, venía un poco cansado de ser hombre (Walking around), venía destruido por una batalla campal, y así fue como este ser pagó su pasaje, pasó cerca a mi puesto, me regaló una sonrisa, se sentó detrás de mí y se bajó unas cuadras más adelante.
Desde hace 3 semanas uso la misma ruta de bus, me siento en el mismo puesto casi a la misma hora, pero creo que es cierto…están ahí para darte una solución, nada más.
Variación 2.
El tercer encuentro fue en un bus en mi ciudad. A diferencia de la primera y segunda vez que me topaba con uno de estos seres, yo tenía dinero y sabía dónde bajarme, pero venía un poco agotado de ser el mismo, venía un poco cansado de ser hombre (Walking around), venía destruido por una batalla campal, y así fue como este ser pagó su pasaje, pasó cerca a mi puesto, me regaló una sonrisa, me preguntó si ese puesto estaba libre, le dije que sí y ahora soy incapaz de devolverle sus alas.
Variación 3.
El tercer encuentro fue en un bus en mi ciudad. A diferencia de la primera y segunda vez que me topaba con uno de estos seres, yo tenía dinero y sabía dónde bajarme, pero venía un poco agotado de ser el mismo, venía un poco cansado de ser hombre (Walking around), venía destruido por una batalla campal, y así fue como este ser pagó su pasaje, pasó cerca a mi puesto, me regaló una sonrisa; yo no me quedé atrás y le sonreí, a pesar del peso de mis angustias. Hablamos un poco de nuestras vidas, de nuestras derrotas, de este blog, y de las razones que tengo para considerarte un ángel.
Maldito idealismo... ojalá sea la opción 3... yo también necesito un angel de esos...
ResponderEliminar