miércoles, 30 de noviembre de 2011

Contigo - Fito Páez y Joaquín Sabina

Ya es hora de hacer la lista de regalos -piensa el señor Kú, quien prefiere ser llamado Q, simplemente. Aún no sabe qué quiere recibir o qué quiere regalar. Siempre ha pensado que dar es Dar y no decirle a nadie si quedarse o escapar; por eso mismo nunca espera nada. Hoy se sienta en su escritorio, extrae una hoja de papel, un lapicero y escribe inteligiblemente. Lo hace por tradición, por el placer de robar una sonrisa. No es mucho lo que tengo para darte, mirá, dijo alguna vez mientras regalaba un vestido y un amor.
Los recuerdos desordenados se despiertan mientras hace esta lista. Un recuerdo de ellos dos en la ciudad, un recuerdo con nombre de mujer que se atraviesa por su cabeza y que rápidamente logra una sonrisa inolvidable que se dibuja en sus labios, en sus ojos. Pero inmediatamente otro recuerdo, de esos juguetones y altaneros, aparece y la sonrisa se desdibuja.
Curiosamente este año no escribe ningún nombre; al contrario, escribe objetos: libros, discos, relojes, vestidos, un brillante sobre el mic, una rueda mágica. Dentro de la lista se alcanza a percibir un objeto reteñido y tachado adrede: zapatos altos negros. Desde que ella se fue esa mañana con esos tacos altos, descubrió que lo que dicen es cierto: regalar zapatos trae consigo la superstición de un adiós, de una despedida.


domingo, 27 de noviembre de 2011

El error lo cometió 3 veces. No supo leer las señales, sólo siguió adelante. Cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde y el Señor Kú se sintió desolado. Era obvio. Supo que eso pasaba o pasaría luego de cometer el mismo error por segunda vez, por lo tanto la primera vez es perdonable, pero la segunda (?) y ni qué decir de la tercera. Sabía las consecuencias y aún así se aventuró. Su secretaria, por llamarla de alguna manera, le explicó que eso no se hacía porque los resultados sería funestos y tristes, y en efecto así fueron las 3 veces. La excusa siempre fue simple para él -jamás lo leyó en sus libros y en las películas que veía tampoco le decían nada al respecto. Mr. Q tan solo hizo lo que le pareció apropiado -Vaya error!
Esta mañana mientras se ataba sus cordones, recordó su error,

lunes, 31 de octubre de 2011

Friends and Lovers - Incubus

Los amantes. La literatura está llena de ellos. Desde Hermes y Afrodita hemos evidenciado la necesidad de esconderse para besar, abrazar y sexar. Ana Karenina, de León Tolstoi, también tuvo sus amantes. Ni qué decir de Madame Bovary, o de todas esas cortesanas que van caminando y contando sus historias en los cuentos de Canterbury, de Chaucer; o esas otras que narra el Decameron, de Boccaccio. Y el amante de Lady Chatterley, de D.H Lawrence. Esos amantes que Cortázar dice que "Ya están vestidos, ya se van por la calle. Y es sólo entonces cuando están muertos, cuando están vestidos, que la ciudad los recupera hipócrita y les impone los deberes cotidianos", a quienes quiero saludar. Esos amantes que en algún apartamento en Estambul se esconden para encontrarse, así como Kemal y Fusun, en el Museo de la Inocencia, de Pamuk. Ese otro amante que raptó a Helena sólo para crear la historia literaria más inigualable y hermosa y caótica. Esos amantes checos que se topan en ciudades y castillos franceses, como aquellos de La Lentitud y La Identidad, de Kundera. Creo que no hay necesidad de nombrar todos los amantes que tuvo la niña mala durante sus travesuras. Los amantes han existido en las novelas, así como también han existido los héroes. Ellos son osados y atrevidos, pero al acechar los contratiempos huyen. Dicen verdades a medias, para luego decir mentiras incompletas. No hacen promesas, pero en su silencio lo prometen todo. Con el tiempo, algunos van quedando solos leyendo historias y otros más osados quedan escribiendo blogs.
Nota:
http://pachangadepresiva.blogspot.com/ es un blog que todos los martes me presentaba un tema distinto de Incubus. Quiero darle un saludo a ese blog amigo con este tema del último trabajo discográfico de esta banda californiana que ha logrado cierta madurez musical y lírica -sobre todo con este tema y otros tantos de este mismo trabajo.


jueves, 20 de octubre de 2011

Heart

Hay un texto de Paul Auster titulado “El libro Rojo”; es una colección de cuentos cortos, tal vez reales, tal vez no. Hay uno principalmente que logra llamar mi atención. Se trata de una moneda que podría ser fácilmente el Zahir de Borges, que es lanzada desde la ventana de su casa y nunca toca el piso.

Mi historia no es con una moneda sino con un CD. Pero para hablar del CD tendré que hablar de ella, y antes de ella está él, y más atrás –o más adelante, mejor- estoy yo. El día de su cumpleaños –el de él- ella me llamó a pedirme que la acompañara a comprar un vino y un CD para él. Yo, callándome todo, accedí a acompañarla y sugerirle un buen vino Chileno Extra seco y un CD de esta banda que sabía que a él le iba a gustar porque él y yo éramos muy buenos amigos en ese entonces y compartíamos los mismos gustos, sobre todo en música y en “ella”. Luego de hacer las compras fuimos hasta el bar donde él nos estaba esperando, aunque sin mucha mora me despedí rápido y me fui para otro bar –necesitaba un trago o dos- No sé cómo siguió la noche, pero puedo imaginar cosas. Luego de un tiempo en que dejé de frecuentarlos supe por un amigo que las cosas se habían terminado, y que él había decidido regalarle el CD a mi amigo porque sencillamente no quería tenerlo más en su poder. Mi amigo lo aceptó porque para esos son los amigos y porque todos teníamos el mismo gusto musical. Y a mí aún me gustaba ella. Cuando mi amigo me contó del CD en su poder no pude evitar pedirle que me lo dejara ver, pues desde que la empleada de la tienda de discos lo había empacado no lo había vuelto a ver y ya habían pasado varios años, tal vez 2. Para mi sorpresa el CD estaba intacto como si jamás lo hubieran escuchado, el librito con las letras de las canciones estaba sin anotaciones y sin rayones. Le pedí a mi amigo que me lo prestara el fin de semana para poder escucharlo -Realmente estaba buscando tenerla a ella por ese fin de semana, pero no sabía dónde estaba, y lo único que encontré fue el CD- Al lunes siguiente fui hasta la casa de mi amigo y le entregué el CD como se entrega un mapa de un tesoro. Con el tiempo los volví a ver a él y a ella tomados de la mano. Me contaron que estaban viviendo juntos en la capital y que todo iba bien en sus vidas. Mi amigo también se iba para la capital y me llamó para despedirse invitándome a su casa. Cuando llegué tenía en su mano un paquete que me extendía su mano. Ahí supe que me estaba entregando el CD que ella le había dado a él, pero que él le había regalado a mi amigo. Sin decir mucho y diciéndolo todo me dijo que ese CD siempre había sido mío, desde el mismo momento en que ella lo compró.

El narrador de la historia de Paul Auster, que puede ser el mismo Auster, no se explica cómo más tarde a la entrada de un estadio ese mismo día encuentra una moneda que podría ser la misma que nunca tocó el piso de su calle.

martes, 11 de octubre de 2011

Smashing Pumpkins - 33

Sin proponérmelo siempre he sido como el salmón: voy contra la corriente. Así estamos; cuando tenía apenas 14 años, mis amigos estaban consiguiendo novia, y yo estaba leyendo comics y a Tolstoi y a Balzac. A los 18 cuando mis amigos estaban teniendo sexo, yo estaba leyendo a Cortázar y a Borges. A los 25 cuando mis amigos estaban buscando el amor de sus vidas, yo estaba leyendo novelas de R.H Moreno Durán y de Héctor Abad Faciolince. Ahora, a los 30 mientras mis amigos se están casando, yo estoy leyendo a Auster, a Roth y a Dickens.
Creo que aún me faltan muchos autores por leer.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Ciudad de Pobres Corazones - Fito Páez

Cuando el Señor Q, también conocido como Kú, era pequeño y estudiaba en la escuela, su profesora le indicó hacer un dibujo de su ciudad. Era tan pequeño y tan inocente que su dibujo reflejó colores y musicalidad: niños, árboles, sonrisas y amabilidad. Si hoy le dijeran a Kú que dibujara su ciudad, su bosquejo estaría lleno de tonos grises y negros; de carros mal parqueados en todas esquinas, de árboles mal talados, de basuras en todas las calles y avenidas, de tener entre 3 o 4 indigentes por barrio, de más autos y más motos ocupando el espacio de los peatones. Antes, cuando chico, para Kú la ciudad musical era la idea de tener un guitarra en cada casa y celebrar al ritmo de una guabina o un bambuco; hoy la ciudad musical sólo festeja eventos a ritmo de vallenato, y cantantes de reggaeton son acreedores de las llaves de la ciudad. Antes en la ciudad el formol se usaba para fines científicos; ahora se usa para amedrentar a una población estudiantil. Ahora que Kú se hace más viejo y más tonto entiende lo que Fito Páez intentó decir cuando decía "En esta puta ciudad todo se incendia y se va".
!Feliz Cumpleaños Ibagué!

domingo, 18 de septiembre de 2011

Off He Goes - Pearl Jam

Puede ser en esta ciudad o en esa ciudad. Lo conocí en esta ciudad, pero hay muchas cosas de esa ciudad que me recuerdan por qué somos amigos. Nos conocimos en esta ciudad hace más de 15 años. Aquí compartimos gustos, copas, canciones y libros. En esa ciudad compartimos muy poco, pero cuando estoy allá, siento que compartimos todo otra vez. Él ya no vive ni en esta ciudad ni en esa ciudad, sino en otra ciudad. Una ciudad distinta a esta y a esa. Sin embargo, él a veces viene o va, a recargar energías, digo yo, tal y como lo hace Superman cuando va al polo Norte.
La última vez que lo vi tenía otro nombre y hablaba de cosas que no logré entender. Estábamos en esta ciudad. Y cuando fui a esa ciudad la última vez me sorprendí al reconocer que estaba andando los pasos que él había dado años antes. Que esos amigos que él dejó acá son ahora mis amigos y que sus amantes, tal vez, podrían ser mis amantes también. Por lo pronto espero que nuestro próximo encuentro, allá o acá, nos traiga unas cuantas copas y la certeza de saber que Pearl Jam sigue siendo algo en común.

lunes, 5 de septiembre de 2011

A wolf at the door - RadioHead

-Así que tú eres la famosísima Caperucita. Bueno, déjame presentarme. Soy el Lobo Feroz. Sí, el mismo que se devoró a aquél niño en ese pueblo abandonado. Pobre niño insolente que aseguraba haberme visto, y cuando nadie le quiso creer más, aproveché mi oportunidad y clavé mis fauces en sus mentiras para siempre. También habrás escuchado que he usado piel de cordero para esconderme y para poder llevar a cabo mis fechorías. Como podrás ver, he estado en varias partes y tengo una reputación que cuidar -o esconder- Pero me temo que ya no soy tan feroz como antes, mis garras ya no son tan ágiles y mis colmillos ya no son tan letales. San Francisco me lo advirtió cuando le pregunté si el miedo sería mi hogar. Aún así, sabes que te debo aterrar y que debes correr, y si te preguntan, di que un lobo feroz te ha invitado a pasear.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Anathema - Lost Control

Sabe que el 20 de Enero morirá. Se acaba de enterar. Un ataque al corazón es algo tan común en la gente de su edad que ya tenía el presentimiento de que eso le iba a suceder -aunque siempre pensó que iba a ser en un accidente aéreo. A pesar de ser una noticia triste, él se resigna y dice que bueno, que entiende y que tal vez sea lo mejor después de todos estos años haciendo tan poco y leyendo tanto.
Lo que más le llama la atención de todo esto es la forma cómo se enteró. Los doctores nunca le dijeron nada sobre su condición. Bueno, también es cierto que ellos no ven el futuro. Los últimos exámenes que se tomó, le indicaron que la presión arterial estaba perfecta, que bueno, que sí tenía los niveles de azúcar un poco altos, pero controlables. Siguió las recomendaciones del doctor. Cambió su dieta. Incluyó más verduras y vegetales, que es lo que más recomiendan en estos casos. Pero 2 días después llegó a su casa, prendió su computador -como era habitual-, se sirvió un vaso de agua de los ocho que le recomendaron, ingresó su nombre de usuario y contraseña en Facebook, abrió otra pestaña y ahí, sin proponérselo, escribió su nombre. Lo que vino a continuación fue un pantallazo de sitios en internet que lloraban, unos, y festejaban, otros, su muerte el 20 de Enero.

lunes, 1 de agosto de 2011

Belinda - Ben Folds

A few months ago I had this conversation on MSN with a friend I met in London. She asked me about my whereabouts and my doings. I started by telling her about my teaching, my dates and finally, about my blogging. She became interested in this last topic and asked me a question I had asked myself before: Do you write in English, too?
The answer was –until this entry- No! I’m sorry I don’t write in English because I prefer to write to those friends of mine who don’t understand English quite well. However, I now believe that that was a stupid answer. I write in Spanish because that’s the language I feel more comfortable with, even though the songs I post and some quotes I include are in English, too. So here it is, my first entry fully in English.
I had this idea in my mind –the one of writing in English- for quite a long time, but it is until these books that I had it clear -I’d rather say author, instead.

The first time I came across this writer was in a spellbound movie, later I read the book, then I read a different book by the same author, then another, then I read his blog and then I downloaded a marvelous and honest text about his life, his music, his taste. NICK HORNBY. That’s his name. A Londoner who breathes music as he breathes air. Reading his 31 songs, a soundtrack of his life, is like taking a ride to all sorts of rock and roll, different rhythms that complement each other, that might work as a great mix-tape. How he tolerates guitar solos, how he praises some lyrics and despises others, the way he expresses his humbleness and honesty and others is nothing but an invitation to write about music.

I, like him and his characters, am a person who finds pleasure in discussing tracks and albums. I can easily sit around with my mates and have a long, detailed conversation about new songs, old songs, great songs, bad songs, pop songs, rock songs, any song. But we seldom find ourselves writing about those songs. We may sing them in karaoke parties, praise them for this thing, despise them for that thing, we even play them in Guitar Hero jams, but how difficult it is to theorize about them. Well, Nick Hornby does, and he masters the witty and beauty of talking about himself while talking about a song. Why do we like the songs we like? Why does this song make us want to run, or cry, or shout, or simply sit and enjoy? Why do I keep buying CDs when everyone I know doesn’t? The answer is in every book of his: High Fidelity, About a Boy, 31 songs, Juliet, Naked and How to be good.

The song to accompany this entry is taken from a great album Nick Hornby co-wrote with American singer Ben Folds. Lonely Avenue.

sábado, 16 de julio de 2011

Björk - Hunter

Palimpsesto. Eso fue lo primero que se me vino a la cabeza apenas terminé de leer la novela de Philip Roth, titulada "El pecho", en la cual el profesor David Keppesh despierta convertido en un seno -o dicho más coloquialmente, en una teta. La situación es muy similar e igual de inquietante a la que sufrió Gregorio Samsa, ese personaje infaltable de la literatura universal (La Metamorfosis). Kafka convierte a su personaje en un bicho, mientras que Roth convierte a su personaje en un seno. Sin saber cuál de los dos es es el más inquietante, llegan a mi mente imágenes de películas en las que las transformaciones están a la orden: "La mosca", "District 9", y toda esa cantidad de películas de Zombies y Vampiros y Licántropos que hay.
El concepto de palimpsesto establece que todos los libros ya se escribieron, que realmente ya todo está dicho, que ya alguien escribió esto que escribo ahora, que todos los textos son copias y/o adaptaciones de otros textos que conocemos o desconocemos.
Esto lo escribo desde esta habitación blanca donde los doctores me dejan usar mi computador. Dicen que es mejor que escriba todo lo que pueda antes de que me crezcan las antenas, las alas, los colmillos, y no sé qué más cosas.

jueves, 7 de julio de 2011

Prisioneros - South American Rockers



En 1987 mis hermanos y yo éramos felices escuchando 88.9 La súper estación para escuchar los grandes éxitos del Rock en español y los demás hits de la música anglo, como decía "el Capi", o Diego FM, o Deisa Rayo. Mis hermanos de 10 y 11, y yo de apenas 8 años, vivíamos felices grabando canciones en nuestros cassettes TDK que ya estaban cuidadosamente puestos en la cassettera. Éramos unos culicagados que a coro gritábamos "Tan sólo dime que me amas y dejaré de aullarle a la luna", y también en voz en cuello decíamos "Son hermosos ruidos que salen de las tiendas, atraviesan a la gente y les mueven los pies", y sin haber probado la primera cerveza, cantábamos también, "Y creo que he bebido más de 40 cervezas hoy, y creo que tendré que expulsarlas y fuera de mi". Mi mamá nos veía tocando guitarras y baterías imaginarias; nos escuchaba cantar con micrófonos inexistentes, y recuerdo que en una ocasión preguntó, sin esperar respuesta alguna de sus 3 muchachitos, qué vendría después de dedicarle una canción a los orines -aunque creo que dijo "miaos". Ninguno se atrevió a contestarle algo porque ninguno sabía y porque mi mamá hizo una pregunta que se le salió de la boca y que era tal vez para mi papá o para sus amigas del costurero.
El pasado 4 de Julio, luego de 24 años, estábamos mi hermano y yo otra vez como críos de 10 y 8 años cantando a todo pulmón "Pasa por debajo de tu casa, pasa por debajo de tu familia, para por debajo de tu ruta de trabajo", mientras saltábamos con otros cagones o miones, mejor, y me acordé de esa pregunta que se hizo mi mamá y creo que ahora, infortunadamente, sí le puedo responder. Ojalá no pregunta otra vez.

lunes, 20 de junio de 2011

Just - Radiohead

A veces se siente como un personaje sacado de una novela de Héctor Abad Faciolince. Hay otras ocasiones en que cree que podría ser amigo del escritor, y en muchas ocasiones se ha imagino sentado frente a él contándole sus historias como insinuándole al escribano que su próxima novela lo tome a él como el personaje principal.
Hace unos meses atrás, compartió algunos textos con una estudiante. Todo empezó con "Oriente empieza en el Cairo". Las cosas se empezaron a complicar con "Traiciones de la Memoria", y todo se enredó cuando hicieron la transacción de "Angosta" y "Fragmentos de Amor Furtivo". En ese momento ambos sabían que Faciolince los estaba incitando a algo, a empezar una historia más. Una historia enredada de sábanas y de olores, de soledades que se acompañan, de encuentros furtivos y sueños interrumpidos por gemidos.
Sí, él a veces piensa que Héctor Abad se sienta frente a él y que escucha atentamente sus cuentos sobre estudiantes de Literatura inglesa que leen al escritor paisa.

domingo, 12 de junio de 2011

Esa sensación de haber dejado la tarjeta en el cajero. Esa sensación de haber dejado la llave abierta, el fogón encendido, de haber dejado las ventanas abiertas, la cuenta de correo o de Facebook sin cerrar, de haber tomado el bus incorrecto por ir de afán, de haber pisado caca en la calle, de haber dejado el paraguas, de tener el celular sin batería y sin minutos. Esa sensación de sentir que alguien te sigue, de viajar y querer regresar cuanto antes para poder viajar otra vez. Esa sensación de no haberte dicho todo.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Join the dots

De pequeño siempre me gustaron las revistas con juegos, de esas con sopas de letras y crucigramas y búsqueda de diferencias y/o similitudes. Siempre me gustaba sacar mi lápiz rojo y rellenar, completar, dibujar; pero lo que más me llamaba la atención era unir los puntos. Ese ejercicio tonto e infantil de ir de número en número -siempre ascendiendo- buscando formas, que aunque fueran muy evidentes, siempre lograban sacarme una sonrisa de orgullo, de satisfacción.
A Robert Smith le gustaba también y por eso mismo editó un trabajo (compilado) que reúne unos lados b, unos inéditos y unas reversiones de algunos temas de The Cure. Por su parte, el señor Thomas Friedman, economista, también disfrutaba de este juego; por eso mismo, él establece que al ir creciendo personalmente lo que vamos haciendo es ir "uniendo los puntos" de nuestra existencia realmente.
Así como el astrónomo que une estrellas para formar constelaciones. Algo así, pero con números.
Tengo tu rostro y tu espalda en mi mente

On Melancholy Hill - Gorillaz



Son 4 personajes. Son 4 historias. Son 4 soledades.
El primer personaje es Damon Albarn. Va sentado en un bus sosteniendo su iPad y creando sonidos nuevos, distintos, algunos pegajosos, otros no tanto. Su soledad está poblada por unos audífonos y unos dibujos animados.
El segundo personaje es Jamie Hewllet. Sentado en su oficina -que es su casa- dibuja, colorea, diseña, rediseña y crea historias de unos dibujos animados. Su soledad está poblada por unos lapices de colores y unos cuantos computadores.
El tercer personaje es el Conde (Philip Seymour Hoffman) , ese personaje que trabaja en una emisora sentado recomendando canciones y argumentando que muchas buenas canciones van a seguir apareciendo. Su soledad está poblada por unos acetatos y unos cuantos cassettes.
El cuarto personaje soy yo. Sigo sentado frente a este computador leyendo y escribiendo, exorcizando lecturas. Mi soledad está habitada por dibujos animados, libros, discos, revistas, llamadas, mensajes de texto, mensajes en el muro y en la bandeja de entrada. Es una soledad, que al igual que la del poeta Uruguayo, está tan concurrida; pero es una soledad escogida, disfrutada, y si se quiere, anhelada.
Tal vez los 4 personajes no somos más sino los mismos Gorillaz sentados On a Melancholy Hill.

martes, 5 de abril de 2011

A song for the lovers - Richard Ashcroft

Fue Ferdinan de Saussure el que se inventó esa vaina del significado y el significante. Algo así como que si alguien me dice “árbol”, yo inmediatamente representaré una imagen de un árbol en mi cerebro -en este caso sería el “happy tree”, que queda frente a mi casa-. Después de este señor vinieron muchos más con ideas locas sobre representaciones mentales y símbolos y signos y no sé qué más. Vino Umberco Eco y una novela llena de imágenes, vino Barthes con un libro completo sobre imaginarios y demás, llegó Derridá, Bachelard, Bahktin, Kristeva y otro combo de locos y locas a explicarnos lo que las ciencias sociales y la humanística ahora llaman Semiótica. Suena como si alguno de ellos se hubiera miado a goticas en los pantalones.

Pero ahí no queda todo. Después les dio por decir que existe un símbolo arbitrario; o sea que algo puede ser, pero que no es. El mismo árbol mencionado arriba puede no ser un árbol sino un puente, una canoa, un derrumbe. Sí, lo sé; es confuso y complicado.

Cuando conocí sobre este tema, me interesé en conocer más, en descubrir la razón detrás de cada símbolo, de cada signo, de los signos que nos rodean, de los signos que nos inventamos por distintas razones: hacerle “rosca” a un amigo desde la ventana del bus, “picarle” el ojo a la nena de atrás, levantar el dedo pulgar de la mano derecha, levantar el dedo corazón al conductor de la misma buseta de la cual le habíamos “hecho rosca” al amigo que se quedó haciendo lo mismo desde el andén.

Todos estos signos, más otros tantos miles que nos definen, nos delimitan o nos impulsan como en este caso. Bueno, todo esto para decirte que entiendo tus señas, que sé que cuando apagas los ojos lentamente y los abres rápidamente, me estás diciendo que te llame; sé que cuando haces dos puntos + P mayúscula en el chat de Facebook (:P), me estás sacando la lengua porque quieres un beso; que si tropiezas conmigo en las escaleras y me dices que casi te tumbo, que me vas a demandar y que te duele el tobillo, lo que esperas es que realmente te alce y te pida disculpas mientras beso tu tobillo intacto; que cuando estás con ese man que aún no sé si es tu novio o no y no me miras en lo absoluto, sé que quieres que te rescate, llame un taxi y nos larguemos de este manicomio de una vez por todas.

Crimen - Gustavo Cerati

Cuando Tom Yorke decidió grabar un disco en solitario (The Eraser), lo único que tenía en mente era pensar más en sí mismo, en sus necesidades, en sus preferencias; y a pesar de extrañar a sus compañeros que tenían radios por cabezas, él siguió con su proyecto. Algo muy sincero, muy propio. Sin guitarras distorsionadas, sin pedales escandalosos, sin sintetizadores discordantes. Sólo él y su piano. Y por supuesto, su cabeza sin un radio cerca.


Cuando Eddie Vedder fue impulsado a escribir las letras para la última película de Sean Penn (Into the Wild), él ya sabía lo que tenía que decir, lo que iba a decir. Lo tenía allí desde tiempo atrás cuando sus demás compañeros del Ten Group no le prestaban suficiente atención. Así que Ed sacó su guitarra, su ukele y escribió lo que hubiera escrito Christopher McCandless el día que decidió abandonar todo para adentrarse en el bosque. Por supuesto, Eddie también necesitaba internarse en el bosque, sin guitarras fuertes o bajos lo suficientemente rítmicos.

Cuando Brandon Flowers se alejó de los demás asesinos –tal vez por ser mala compañía- sabía que tenía que pensar en algo distinto. Algo que lo exonerara de tantas muertes que había causado con su pandilla de killers; por eso pensó en un trabajo donde pudiera contar historias otra vez. Nombrar a Valentina; hablar de los jóvenes y de fuegos cruzados (Flamingo).


Hoy el Señor Kú –también conocido como Q- está tranquilo. Si supiera tocar la guitarra, lo haría, y cantaría sobre sí mismo (Walt Whitman) o contaría un cuento sin moraleja o hablaría de ella. Al terminar, sé que sonreiría y daría las gracias por la alegría de ser más honesto consigo mismo.

martes, 15 de marzo de 2011

Sí. Los profesores de matemáticas son más inteligentes. Son mucho más serios también. Saben diferenciar cálculo infintesimal y cálculo diferencial. Saben despejar equis y saben que todo es exacto, medible; que no hay espacio para dudas.
A pesar de su estatura -usualmente son bajitos- logran escribir en el borde superior derecho del tablero la palabra solucion; así, sin tilde, y escribir una serie de corcheas, unos, ceros, yes, números que se repiten, se suprimen, se estiran desaparecen hasta dar con el resultado que es, generalmente, irreemplazable. Cuando su clase se acaba, él no borra el tablero porque quiere demostrarles a todos que él es más inteligente, que él puede despejar equis, así como el man de esta película en la que el matemático escribe hasta en las ventanas de su habitación. Él sabe que puede conquistar muchas mujeres (estudiantes) con una respuesta única, con una función, con un caso de factorización, y una E mayúscula que significa sumatoria. Cuando entro a clase y veo sus números y toda su expresión cuantitativa, sé que él es más inteligente que yo, y no sabe cuánto lamento no saberme las tablas de multiplicar y sumar con los dedos.
Él sabe, por ejemplo, que si pretende cubrir una distancia cubriendo mitades (2 metros, 1 metro, 50 cms, 25 cms, 12,5 cms, 6,25 cm) nunca llegará a su destino, a tus labios. Yo, por otro lado, sé que puedo llegar con mis palabras imprecisas, incorrectas e incoherentes a arrancarte una sonrisa y hasta una carcajada, sin necesidad de saber una regla de tres.

Nota: no sé qué canción (título) ponerle a esta entrada. Si por casualidad lees esta entrada en algún momento, no dudes, por favor, en dejar tu recomendación.

domingo, 20 de febrero de 2011

Se llamaba Álvaro de Campos, y también Alberto Caeiro; aunque siempre fue Ricardo Reis o Roberto Soares. Todos eran el mismo Fernando Pessoa, aquél poeta Portugués. Así también le pasa al señor Q, o Kú para sus amigos. Algunas veces él es Martin Tupper, otras tantas es Ted Mosby, Michael Dorian o Jerry Seinfeld. El primero es un man que toda la vida ha visto televisión y todo lo que ve o todo lo que dice, le recuerda una escena de una película de esas a blanco y negro. El segundo, Ted Mosby, siempre está en el mismo bar con sus amigos tratando de buscar a la chica perfecta para poder contarle a sus hijos en el futuro. Michael Dorian, el tercero, es un doctor muy inseguro de sus capacidades y siempre imagina cosas improbables como 99 Globos Rojos en un hospital. El último es Jerry Seinfeld, un comediante un poco ocurrente que siempre usa tenis en vez de zapatos elegantes. Los que creó Pessoa siempre escribieron poesía o ensayos literarios. Los que creó Kú, no fueron creados por él, pero se parecen mucho a lo que él es: 30añero, aún usa tenis, todo le recuerda alguna película, siempre está en el mismo bar con sus amigos y aún imagina 99 Globos Rojos. Personajes muy honestos, muy humanos. A veces son mentirosos y atrevidos, hasta infantiles. Otra cosa curiosa es que en cada temporada todos estos personajes aparecen con una chica distinta. Yo creo que Pessoa pensó lo mismo cuando le dio vida sus heterónimos (más de 50). Kú lo sabe. Kú siempre ha vivido frente a un televisor. Siempre ha disfrutado las risas grabadas en sus series favoritas (Dream On, How I met your Mother, Seinfeld, Scrubs) y lamenta que en su vida no las haya; sobre todo para aquellos momentos en que dice algo gracioso que suele ser, en el mayor de los casos, una mentira.

lunes, 7 de febrero de 2011

Yahweh - U2

Deberías de llevarme en tu billetera o en tu cartera. No necesito de oraciones ni de velones o cualquier otro mito o rito. Olvídate de la vitelita del divino niño o de la virgen del carmen o del sagrado corazón. ¡Qué cuentos de poner a San Antonio de cabeza! O de pedírle a los santos y a las orishas. Olvídate de eso, mujer. No me llamo Yahweh, ni Jehová, ni Zaratustra. Tan sólo respondo al nombre de Señor Kú. Y soy el único que te garantiza el regreso del ser amado. Te aseguro que consiguirás al amor que tanto anhelas. Te demostraré que estar sola es mejor que mal acompañada -o en mi compañía, en su defecto-
Sólo dame la oportunidad de enamorarme de ti y entonces sabremos los dos que ya estás lista para salir corriendo. "Take this heart...and make it break"

viernes, 28 de enero de 2011

The Space in Between - How to destroy angels

Aún siendo niña, no creo que haya sido tan niña. Tal vez por eso nunca aprendió a patinar, o a montar en bicicleta o a nadar. No tiene raspones en las rodillas, ni cicatrices en los codos. Ella siempre prefirió vestir su Barbie y pensar como una señorita. Así se lo dijo su mamá Tienes que ser toda una señorita a donde quiera que vayas. Ella lo entendió y por eso siempre actuó como una señorita, mas no como una niña. Siempre que vestía a su muñeca, pensaba en la ropa que ella tenía que usar también; la mejor obviamente, la más –como diría ella- fashion. Pensar en autos lujosos, en tener de todo para la casa. En su biblioteca existía un libro de Louisa May Alcott llamado “Mujercitas” (Little Women). No creo que lo haya leído alguna vez, pero supo que tenía que ser una mujer antes de ser una niña; por eso, mientras juntaba a su Barbie y a su Ken para un beso plástico de esos de telenovela, ella cerraba los ojos y se imaginaba siendo su muñeca.

Hoy tiene todo lo que siempre quiso, todo lo que le enseñaba a su muñeca, y sus amigos siguen siendo igual de imaginarios.

miércoles, 19 de enero de 2011

Dreams - The Cranberries

¿Existirá tal cosa como la chica de los sueños?
Si uno plantea una pregunta es porque, de una u otra manera, irá a responderla; mas si se trata de una entrada en un blog. Así que me tomaré esta entrada para abordar este tema tan onírico. La respuesta, creo, depende de aquél a quien le formulemos la pregunta. Algunos dirán que sí, otros dirán que no. Yo diré que sí, y lo más sorprendente es que la tuve. Sí. Tal cual. Yo tuve a la chica de mis sueños en mis brazos. Es como ver un sueño dormido. La abracé, la besé y le escribí. Pero así como sucede con los sueños, éste también tuvo que acabar.
Para llegar a su casa siempre pasé frente a una tienda de barrio que se llama dizque "La tienda de los sueños". Una tienda normal donde venden leche y pan y huevos y queso y chocolate -buenos ingredientes para un desayuno, pero no para un sueño; al menos no, si tenemos en cuenta los ingredientes que sugiere Stephen en "La ciencia de los sueños" (Gondry). Para él los ingredientes son un poco más complejos: buena música, imágenes del pasado, aconteceres del día, personas conocidas y desconocidas, entre otros igual de inquietantes.
Anoche soñé con ella otra vez. Hacía mucho tiempo no sucedía. Estábamos en una mesa, en un bar, en una ciudad, tomando algo que no supe qué era. De fondo sonaba "Bachelorette" de Björk. No sé de qué estábamos hablando, pero de repente terminamos unidos en un beso y así también, de repente, una cachetada. Ahí desperté y me pregunté: ¿Existirá tal cosa como la chica de los sueños?

Nota: esta semana después de muuuuucho tiempo, logré ver la película "The Science of Sleep" http://www.ovguide.com/movies_tv/the_science_of_sleep.htm del director francés Michel Gondry; y pues siempre me pasa, al igual que aquél personaje de la serie de televisión "Dream on", que relaciono todo con todo. Así como el "4:13 Dream" de The Cure, o como la canción "Dream on" de Aerosmith. Todo se relaciona con todo en esta cabeza con sueño a esta hora de la noche o de la mañana.
Hasta mañana.

sábado, 8 de enero de 2011

Jovanotti - A te

Hace un tiempo atrás pensé en escribir un cuento corto en italiano. Digo corto porque mi italiano es corto; ahora es es corto (más) porque la historia se hizo corta (mucho más). El cuento empezaba con un encabezado o algo así como
...questa historia qui puo essere contata en italiano perché c'é un pianista italiano...
Al final de la historia el pianista toca el Liebestraum de Liszt mientras la pareja -él y ella- se toman de la mano y así salen de la sala de conciertos buscando una trattoria para cenar pasta. Nunca me animé lo suficiente como para escribir la historia completa porque mi italiano es muy reducido, al igual que esta pequeña historia entre ella y él, y porque ellos jamás cenaron pasta después del concierto.
Vale anotar, sin embargo, que el concierto sí existió y que Liszt también.