He venido al mundo de quimeras, así como lo hizo Gustavo Cerati. Este mundo lleno de seres maravillosos y sorprendentes, con cuernos, pieles, alas, hojas y demás. Apenas entré, me topé con algunos orcos y elfos y ents y enanos y muchos más habitantes de la Tierra Media (.J.R.R. Tolkien). A uno por uno pregunté entrevisté y pregunté por ti en distintos idiomas, pero ninguno logró entenderme. Me interné entonces en la espesura hasta que llegué a un castillo concurrido por dementores, hipogrifos, búhos y tarántulas gigantes. Cuando dije tu nombre algunos insistieron que jamás habían escuchado de ti, pero que más adelante un gran mago podría ayudarme; Hary Potter se llamaba, y era un hombre viejo, canoso y de muy buena memoria (J.K Rowling). A final de cuentas habló de muchas cosas que no entendí, pero jamás supo de ti.
Sabía, sin embargo, que debía hallarte -otra vez- y así llegué hasta Narnia, un sitio muy colorido e infantil, y allí un sabio León y un torpe Fauno pronunciaron tu nombre una y otra vez como quien recuerda un dulce sabor (C.S Lewis).
Grité tu nombre, Alicia, una y otra vez pero descubrí, una vez llegué al Aqueronte con el "Libro de los seres imaginarios" (J.L. Borges) bajo el brazo, que no eres más que una invención que no me deja zarpar.
Atentamente,
Simbad
Brutal artículo viejo, recopilar tanta buena literatura en tres párrafos... sos un mago.
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