-Así que tú eres la famosísima Caperucita. Bueno, déjame presentarme. Soy el Lobo Feroz. Sí, el mismo que se devoró a aquél niño en ese pueblo abandonado. Pobre niño insolente que aseguraba haberme visto, y cuando nadie le quiso creer más, aproveché mi oportunidad y clavé mis fauces en sus mentiras para siempre. También habrás escuchado que he usado piel de cordero para esconderme y para poder llevar a cabo mis fechorías. Como podrás ver, he estado en varias partes y tengo una reputación que cuidar -o esconder- Pero me temo que ya no soy tan feroz como antes, mis garras ya no son tan ágiles y mis colmillos ya no son tan letales. San Francisco me lo advirtió cuando le pregunté si el miedo sería mi hogar. Aún así, sabes que te debo aterrar y que debes correr, y si te preguntan, di que un lobo feroz te ha invitado a pasear.
Como siempre compadre... SUBLIME...
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