Los amantes. La literatura está llena de ellos. Desde Hermes y Afrodita hemos evidenciado la necesidad de esconderse para besar, abrazar y sexar. Ana Karenina, de León Tolstoi, también tuvo sus amantes. Ni qué decir de Madame Bovary, o de todas esas cortesanas que van caminando y contando sus historias en los cuentos de Canterbury, de Chaucer; o esas otras que narra el Decameron, de Boccaccio. Y el amante de Lady Chatterley, de D.H Lawrence. Esos amantes que Cortázar dice que "Ya están vestidos, ya se van por la calle. Y es sólo entonces cuando están muertos, cuando están vestidos, que la ciudad los recupera hipócrita y les impone los deberes cotidianos", a quienes quiero saludar. Esos amantes que en algún apartamento en Estambul se esconden para encontrarse, así como Kemal y Fusun, en el Museo de la Inocencia, de Pamuk. Ese otro amante que raptó a Helena sólo para crear la historia literaria más inigualable y hermosa y caótica. Esos amantes checos que se topan en ciudades y castillos franceses, como aquellos de La Lentitud y La Identidad, de Kundera. Creo que no hay necesidad de nombrar todos los amantes que tuvo la niña mala durante sus travesuras. Los amantes han existido en las novelas, así como también han existido los héroes. Ellos son osados y atrevidos, pero al acechar los contratiempos huyen. Dicen verdades a medias, para luego decir mentiras incompletas. No hacen promesas, pero en su silencio lo prometen todo. Con el tiempo, algunos van quedando solos leyendo historias y otros más osados quedan escribiendo blogs.
Nota:
http://pachangadepresiva.blogspot.com/ es un blog que todos los martes me presentaba un tema distinto de Incubus. Quiero darle un saludo a ese blog amigo con este tema del último trabajo discográfico de esta banda californiana que ha logrado cierta madurez musical y lírica -sobre todo con este tema y otros tantos de este mismo trabajo.
Viejo Mauro, gracias por la mención del chuzo, La Pachanga se encuentra de vacaciones indefinidas, por lo pronto hasta diciembre, pero siempre ando pendiente de sus escritos que son indudablemente excelentes
ResponderEliminarIvancho, qué bueno saber que sigue leyendo mis cuentos tristes. ¿Qué pasa con la pachanga? ¿Por qué tantas vacaciones? ¿Qué pasó con el proyecto Pearl Jam-ero? Un abrazo y mil gracias por los comentarios y la lectura.
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